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Voto de TOM REGAN:
8
7,6
7.357
Drama
A finales del siglo XIX, la mansión Amberson es la más fastuosa de Indianápolis. Cuando su dueña, la bellísima Isabel, es humillada públicamente, aunque de forma involuntaria por su pretendiente Eugene Morgan, lo abandona y se casa con el torpe Wilbur Minafer. Su único hijo, el consentido George, crece lleno de arrogancia y prepotencia. Años más tarde, Eugene regresa a la ciudad con su hija Lucy, y George se enamora de ella. (FILMAFFINITY) [+]
7 de julio de 2015
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
99/07(13/06/15) El segundo film de Orson Welles fue el comienzo de sus problemas en Hollywood, obra triturada por los productores en pos de un pretendido éxito comercial, más de 40 minutos eliminados del montaje de OW, incluso se rodaron escenas adicionales no dirigidas por él, hasta variaron el final. Lástima que nunca podremos saber lo que quiso hacer OW, sabemos lo que ha quedado. Welles produce, dirige y guioniza la novela de 1918 “The Ambersons”, de Booth Tarkington, Premio Pulitzer (filmada en 1925 como “Pampered Youth”, dirigida por David Smith), retitulada por OW “The Magnificent Ambersons”, que nos habla de una era de cambios sociales y económicos reflejados en la revolución que supuso la aparición del automóvil. OW poseía interés personal en el libro, Tarkington era amigo de la familia Welles, y al igual que George Minafer era considerado un niño mimado, asimismo el verdadero nombre del director era George. Welles adaptó primero la novela para un drama de radio, realizada el 29 de octubre 1939, por su equipo del Mercury Theatre en “The Campbell Playhouse”, con Welles encarnando a George Minafer, y proporcionando la voz en off, Ray Collins único actor de dicha producción que aparece en la película. Estaba presupuestada en 853.000 $, cifra similar a “Ciudadano Kane”, pero al final se disparó a 1 millón, que con los cambios posteriores de la RKO se fueron a 1,1 millones. Tuvo cuatro nominaciones a los Oscars, incluyendo mejor película. Aquí en España se renombró con “El cuarto mandamiento”, el que dice <Honrarás a tu padre y a tu madre>, haciendo referencia a las complicadas relaciones paterno-filiales.
En lo que ha llegado hasta nosotros queda un notable melodrama de época, obra que evoca con nostalgia los viejos tiempos, relato que explora el abismo que supuso el cambio de estilo de vida entre la tradicional vida de los ricos por vía hereditaria, especie de aristocracia anclada en un pasado decadente, reacia a los cambios generacionales, esto se refleja en la mansión barroca, esta choca de bruces con la ola de los nuevos tiempos, la revolución industrial, la gente emprendedora que desde abajo con buenas ideas y trabajo puede llegar al éxito, esto se refleja en Eugene y el automóvil, este cambio social y económico supuso que quien no supo adaptarse fue arrollado por la Era Moderna, supuso la irrupción de nuevas costumbres, donde la pseudo-nobleza que vivía mayormente de rentas, anquilosada en sus rancias etiquetas, tuviera verse forzada a elegir a convivir en este Nuevo Mundo o enmohecerse en el Viejo que se derrumba lenta e inexorablemente. Nos habla de esto y de más, la hipocresía, la doble moral, la codicia, las envidias, la altanería, el egoísmo, la petulancia, y sobre todo de los amores imposibles, los que más calan, los que nunca llegan pero se anhelan. Es la historia de dos familias que reflejan esta separación de sociedades, dos formas de relacionarse con los hijos la tierna de Eugene con Lucy, y la chirriante entre Isabel y George, de dos amores, el de Eugene con Isabel, es el amor maduro que se prolonga por años y que es torpedeado en su juventud por la soberbia y el orgullo malentendido de ella, y el de Lucy con George, donde el hijo de Isabel no solo no ha aprendido de los errores de su madre si no que los maximiza, quedando un melancólico retrato de amores imposibles, al que se les une el platónico que tiene tía Fanny por Eugene, asimismo destacable la turbadora relación que tienen tía Fanny y George, compartiendo muchos de los tormentos. Todo lo contado enmarcado en el brillante estilo visual de OW, dotando de alma a los escenarios, siendo una de las protagonistas la mansión, que parece tener vida propia, a lo que ayuda la fenomenal fotografía de Stanley Cortez.
Joseph Cotten realiza una gran interpretación, dota de carisma, vigor, fragilidad, dudas, remordimientos, de humanidad a su personaje, con gran mesura y poder gestual sutil nos llegan sus sentimientos, frustrado por un amor imposible, Welles era gran amigo de él, pero cuando se enteró el director que había rodado escenas adicionales con otro director su relación se rompió, amistad que se recompuso por cartas de disculpa que le escribió el actor. Dolores Costello resulta una enternecedora presencia, una débil mujer atrapada en los errores de arrogancia del pasado y oprimida por un malcriado hijo que la deja ser feliz por egoísmo. Tim Holt es el caprichoso hijo, ejemplo de cómo no se debe educar a un hijo, el actor lo encarna con elegancia, flema, apostura, intensidad, energía, maliciosa e hiriente labia, preso de unos ideales desfasados, gran química con Anne Baxter, ella encarna con una tremenda dulzura y encanto a la hija de Eugene, desborda encanto por la pantalla. Agnes Moorhead encarna al personaje más complejo y agrio, una solterona resentida, una especie de Lady MacBeth para su sobrino George, fulgurante en sus intervenciones, visceral, emocional, desgarradora como el momento que se que termina echada contra la caldera, excelente. Ray Collins como Jack Amberson, borda de simpatía y sabiduría su rol. Richard Bennett como Major Amberson aporta temple y majestuosidad.
Puesta en escena brillante, con gran diseño de producción de Albert S. D’Agostino (“Encadenados”), se rodó en el área de Los Ángeles, incluyendo Big Bear Lake, Bosque Nacional de San Bernardino y Este de la ciudad, las escenas con nieve fueron en la casa de hielo de la Unión Ice Company en el centro de LA, siendo estrella la mansión de los Amberson (usada después para films serie b de terror producidos por Val Lewton), un personaje más, símbolo del paso del tiempo, de la decadencia de una clase social, creada en los Estudios RKO en Los Ángeles, se construyó de verdad, con paredes reversibles, para permitir la fluida movilidad de la cámara, con majestuosas escaleras, manejadas de modo emocional, con barrocos techos,... (sigue en spoiler)
En lo que ha llegado hasta nosotros queda un notable melodrama de época, obra que evoca con nostalgia los viejos tiempos, relato que explora el abismo que supuso el cambio de estilo de vida entre la tradicional vida de los ricos por vía hereditaria, especie de aristocracia anclada en un pasado decadente, reacia a los cambios generacionales, esto se refleja en la mansión barroca, esta choca de bruces con la ola de los nuevos tiempos, la revolución industrial, la gente emprendedora que desde abajo con buenas ideas y trabajo puede llegar al éxito, esto se refleja en Eugene y el automóvil, este cambio social y económico supuso que quien no supo adaptarse fue arrollado por la Era Moderna, supuso la irrupción de nuevas costumbres, donde la pseudo-nobleza que vivía mayormente de rentas, anquilosada en sus rancias etiquetas, tuviera verse forzada a elegir a convivir en este Nuevo Mundo o enmohecerse en el Viejo que se derrumba lenta e inexorablemente. Nos habla de esto y de más, la hipocresía, la doble moral, la codicia, las envidias, la altanería, el egoísmo, la petulancia, y sobre todo de los amores imposibles, los que más calan, los que nunca llegan pero se anhelan. Es la historia de dos familias que reflejan esta separación de sociedades, dos formas de relacionarse con los hijos la tierna de Eugene con Lucy, y la chirriante entre Isabel y George, de dos amores, el de Eugene con Isabel, es el amor maduro que se prolonga por años y que es torpedeado en su juventud por la soberbia y el orgullo malentendido de ella, y el de Lucy con George, donde el hijo de Isabel no solo no ha aprendido de los errores de su madre si no que los maximiza, quedando un melancólico retrato de amores imposibles, al que se les une el platónico que tiene tía Fanny por Eugene, asimismo destacable la turbadora relación que tienen tía Fanny y George, compartiendo muchos de los tormentos. Todo lo contado enmarcado en el brillante estilo visual de OW, dotando de alma a los escenarios, siendo una de las protagonistas la mansión, que parece tener vida propia, a lo que ayuda la fenomenal fotografía de Stanley Cortez.
Joseph Cotten realiza una gran interpretación, dota de carisma, vigor, fragilidad, dudas, remordimientos, de humanidad a su personaje, con gran mesura y poder gestual sutil nos llegan sus sentimientos, frustrado por un amor imposible, Welles era gran amigo de él, pero cuando se enteró el director que había rodado escenas adicionales con otro director su relación se rompió, amistad que se recompuso por cartas de disculpa que le escribió el actor. Dolores Costello resulta una enternecedora presencia, una débil mujer atrapada en los errores de arrogancia del pasado y oprimida por un malcriado hijo que la deja ser feliz por egoísmo. Tim Holt es el caprichoso hijo, ejemplo de cómo no se debe educar a un hijo, el actor lo encarna con elegancia, flema, apostura, intensidad, energía, maliciosa e hiriente labia, preso de unos ideales desfasados, gran química con Anne Baxter, ella encarna con una tremenda dulzura y encanto a la hija de Eugene, desborda encanto por la pantalla. Agnes Moorhead encarna al personaje más complejo y agrio, una solterona resentida, una especie de Lady MacBeth para su sobrino George, fulgurante en sus intervenciones, visceral, emocional, desgarradora como el momento que se que termina echada contra la caldera, excelente. Ray Collins como Jack Amberson, borda de simpatía y sabiduría su rol. Richard Bennett como Major Amberson aporta temple y majestuosidad.
Puesta en escena brillante, con gran diseño de producción de Albert S. D’Agostino (“Encadenados”), se rodó en el área de Los Ángeles, incluyendo Big Bear Lake, Bosque Nacional de San Bernardino y Este de la ciudad, las escenas con nieve fueron en la casa de hielo de la Unión Ice Company en el centro de LA, siendo estrella la mansión de los Amberson (usada después para films serie b de terror producidos por Val Lewton), un personaje más, símbolo del paso del tiempo, de la decadencia de una clase social, creada en los Estudios RKO en Los Ángeles, se construyó de verdad, con paredes reversibles, para permitir la fluida movilidad de la cámara, con majestuosas escaleras, manejadas de modo emocional, con barrocos techos,... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
...manejado todo de forma sublime por la fotografía en glorioso en b/n de Stanley Cortez (“La Noche Del Cazador”), dotada de un lirismo fascinante, con juego de espejos, penumbras, claroscuros, con una grúa que se mueve por los diferentes niveles acentuando el dramatismo, oprimiendo a los personajes, provoca perspectivas de profundidad de campo angustiosas, con acción en primer y segundo plano, asimismo juegan con los picados, los planos oblicuos, muchos planos-secuencia primorosos, bellos travellings, como el vertical que sigue a fanny y George discutiendo por la escalera abajo y arriba, expresivos primeros planos, lindos y suaves movimientos como en la escena del baile. Todo esto adornado sutilmente por la música de Bernard Herrman, acunando grácilmente la acción, esta también fue triturada por la RKO (tanto que pidió ser retirado de los créditos).
Spoiler:
Momentos recordables: Original arranque, con la poderosa voz en off de OW nos introduce de modo mordaz en este mundo, cuenta su evolución por medio de un hábil y divertido montaje de la evolución de la vestimenta, dejando traslucir la superficialidad en que vivía la clase alta, sigue como nos cuentan la historia de la familia Amberson y su opulenta mansión a través de los cotilleos de la gente; El precioso tramo del baile, de un detallismo impresionante; La tarde en la nieve, primero vemos como Eugene trata de arrancar su automóvil, de pronto llega George con un carro de caballos que les supera velozmente, pero en la curva siguiente desbarran y el caballo huye, los recoge Eugene y pone a George a empujar el coche para arrancarlo, lo hace mientras chupa humo del tubo escape, arranca y se sube George atrás y comienzan a cantar todos, habiendo una bella estampa del auto con la nieve del auto, el cielo de fondo y un gran árbol en el lado, acabando en un lindo fundido sobre el coche; La escena en la cocina, cinco minutos en una sola toma, con George comiendo tarta mientras charla con su tía Fanny, como comienzan hablando trivialmente, ella le habla de sus sentimientos y desemboca cuando llega Jack en tensión latente, al hacer burla de ella, dejando patente la fragilidad de ella, OW dijo que esta escena fue filmada sin guión, aunque los actores habían ensayado e improvisado el diálogo varias veces; La alegórica del paseo de George con Lucy en carro de caballos por la ciudad y como un automóvil les sobrepasa envolviéndolos en polvo, el futuro le ha superado; El simbólico tramo final en que George es atropellado físicamente por el futuro, por un automóvil.
Singular el modo tan original con el que OW despliega los créditos finales, lo hace de modo oral, su voz recita sobre elementos inherentes al trabajo del que nombra, hasta llegar a los actores que aparecen en pantalla, acabando sobre un micrófono y <Yo escribí y dirigí la película, me llamo Orson Welles, es una producción Mercury>, tras lo que aparece el logo de la RKO.
Una obra que adolece seguramente de los tramos escamoteados en el montaje, metraje que probablemente darían coherencia a algunas situaciones que se denotan abruptas y forzadas, le falta para dar un sentido orgánico pétreo y no parezca que es por momentos un tráiler de lo que será el film, tanto así que la hace faltar solidez para dar impresión de film crepuscular, se queda escaso, el tono elegiaco deriva en precipitado, ejemplo es que se va a darla vuelta al mundo George con su madre Isabel, anunciando en el pueblo que quizás no vuelvan y sin embargo no da sensación de haber pasado tiempo, del vacío enorme dejado es nulo.
Me queda una cinta difícil de calificar, es lo que pudo ser y no fue, con dosis de una maestría fenomenal. Es como si a “La Mona Lisa” le cortaran una cuarta parte, seguiría siendo una Obra Maestra? Fuerza y honor!!!
Critica sesgada por el límite de caracteres, ver íntegra en: http://tomregan.blogspot.com/2015/07/el-cuartomandamiento.html
Spoiler:
Momentos recordables: Original arranque, con la poderosa voz en off de OW nos introduce de modo mordaz en este mundo, cuenta su evolución por medio de un hábil y divertido montaje de la evolución de la vestimenta, dejando traslucir la superficialidad en que vivía la clase alta, sigue como nos cuentan la historia de la familia Amberson y su opulenta mansión a través de los cotilleos de la gente; El precioso tramo del baile, de un detallismo impresionante; La tarde en la nieve, primero vemos como Eugene trata de arrancar su automóvil, de pronto llega George con un carro de caballos que les supera velozmente, pero en la curva siguiente desbarran y el caballo huye, los recoge Eugene y pone a George a empujar el coche para arrancarlo, lo hace mientras chupa humo del tubo escape, arranca y se sube George atrás y comienzan a cantar todos, habiendo una bella estampa del auto con la nieve del auto, el cielo de fondo y un gran árbol en el lado, acabando en un lindo fundido sobre el coche; La escena en la cocina, cinco minutos en una sola toma, con George comiendo tarta mientras charla con su tía Fanny, como comienzan hablando trivialmente, ella le habla de sus sentimientos y desemboca cuando llega Jack en tensión latente, al hacer burla de ella, dejando patente la fragilidad de ella, OW dijo que esta escena fue filmada sin guión, aunque los actores habían ensayado e improvisado el diálogo varias veces; La alegórica del paseo de George con Lucy en carro de caballos por la ciudad y como un automóvil les sobrepasa envolviéndolos en polvo, el futuro le ha superado; El simbólico tramo final en que George es atropellado físicamente por el futuro, por un automóvil.
Singular el modo tan original con el que OW despliega los créditos finales, lo hace de modo oral, su voz recita sobre elementos inherentes al trabajo del que nombra, hasta llegar a los actores que aparecen en pantalla, acabando sobre un micrófono y <Yo escribí y dirigí la película, me llamo Orson Welles, es una producción Mercury>, tras lo que aparece el logo de la RKO.
Una obra que adolece seguramente de los tramos escamoteados en el montaje, metraje que probablemente darían coherencia a algunas situaciones que se denotan abruptas y forzadas, le falta para dar un sentido orgánico pétreo y no parezca que es por momentos un tráiler de lo que será el film, tanto así que la hace faltar solidez para dar impresión de film crepuscular, se queda escaso, el tono elegiaco deriva en precipitado, ejemplo es que se va a darla vuelta al mundo George con su madre Isabel, anunciando en el pueblo que quizás no vuelvan y sin embargo no da sensación de haber pasado tiempo, del vacío enorme dejado es nulo.
Me queda una cinta difícil de calificar, es lo que pudo ser y no fue, con dosis de una maestría fenomenal. Es como si a “La Mona Lisa” le cortaran una cuarta parte, seguiría siendo una Obra Maestra? Fuerza y honor!!!
Critica sesgada por el límite de caracteres, ver íntegra en: http://tomregan.blogspot.com/2015/07/el-cuartomandamiento.html