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Voto de TOM REGAN:
8
6,6
2.794
Drama
Zev (Christopher Plummer) es un judío superviviente del Holocausto ya de 90 años y con alzheimer que busca a Rudy, un criminal de guerra nazi que fue responsable de la muerte de su familia, con el objetivo de asesinarlo. (FILMAFFINITY)
12 de junio de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
221/21(11/06/21) Infravalorado film (por muchas de las críticas leídas), navego con unos pocos contracorriente, pues esta película del nacido egipcio de padres armenios y nacionalizado canadiense (no es un jeroglífico) Atom Egoyan, apoyándose en un excelente guión del debutante en la materia como Benjamin August, que propone una prodigiosa mezcla de thriller, indagación en la vejez, entrelazado con lo frágil de los recuerdos (estamos hechos de ellos, y sin los mismos somos cáscaras vacías), sobre los fantasmas del pasado, sobre los sentimientos de culpa, sobre tomarnos la justicia por nuestra mano, en una road-movie fascinante con objetivo de cumplir una promesa de una venganza crepuscular, teniendo de protagonista a un nonagenario con problemas de senilitud embarcado en una misión elegiaca.
Todo ello desarrollado en un crescendo dramático de menos a muy más, con varias etapas en las paradas del protagonista, donde en cada una asistimos a tensos momentos. Todo ello en un entramado de sub capasen donde para imantarnos más somos como el protagonista Zev, sabemos lo mismo que él, y todo se va desgranando poco a poco, donde la intensidad se va dosificando para estallar en momentos determinados de modo arrollador, con giros que te impactaran, con situaciones que te emocionaran. Girando todo alrededor de un anciano superviviente del campo de exterminio de Auschwitz en busca del nazi que asesinó a toda su familia. Todo ello con argumento sencillo, pero directo y sólido en todas sus vertientes, donde un tipo debe llegar a su objetivo, siendo el principal obstáculo su propia mente convulsa, ello con un ritmo fluido que a medida que avanza te cautiva más y más, hasta desembocar en su rush final en una conclusión impresionante (no entiendo a los que la tachan de manipuladora, no quiero poner ejemplos para no sugerir mínimamente spoiler), pero cuando se ha dado me ha resultado lógica, pues sagazmente el guión ha ido dejando miguitas de pana en formato pistas que hacen que todo encaje al final como un sensacional puzle. Y todo ello sin insertos maniqueos de flash-backs, sin caer en sensiblerías baratas, tratando al espectador como persona inteligente. Como tampoco entiendo y me llega a molestar que se diga que banaliza el holocausto o el Alzheimer, está gente de haber visto otra película, ejemplo es que seguro que ensalzan a la irritante “La vida es bella”, prodigio vomitivo de trivialización de la SHOAH.
Posee un Homérico elenco actoral (internacional) de casi todos veteranos. Desde el estadounidense o Martin Landau que borda a ese carismático caza nazis postrado en silla de ruedas con respiración asistida, el pepito Grillo que guía al protagonista, brillante; El suizo Bruno Ganz encarnando a un convencido y enérgico nazi convencido (otro más después de su legendaria actuación dando vida a Hitler en “El Hundimiento”); El alemán Jürgen Prochnow cuasi-desconocido por el maquillaje, dando vida a otro anciano complejo; Heinz Lieven que con 87 años derrocha capacidad expresiva desde una cama enfermo, sublime su corta escena en que la química con el protagonista traspasa la pantalla; El no anciano Dean Norris (eterno Hank Schrader de “Breaking Bad”), en un tramo espectacular del film, cargado de tensión que se corta con un cuchillo; Pero sobre todo el canadiense Christopher Plummer (motivo por el que me he acerca do a este film, por su reciente fallecimiento 21/Febrero/2021), que se pone a las órdenes del realizador trece años después de “Ararat”, dotando a su personaje de una acusada personalidad desde ese genial principio llamando y buscando a su esposa Ruth fallecida 10 días antes, impregnando de humanidad a su Zev, haciéndonoslo empatizable, importándonos lo que le pase, queremos que llegue hasta el final, toda una lección de expresividad a sus 86 años, proyectado toda una gama de sentimientos desde la desorientación, la frustración, la confusión, el resentimiento, la determinación, fascinante en cada gesto y mirada, Prodigiosa actuación Crepuscular.
La cinta combina con vigor el dramatismo emocional, con la tensión del terror. Hábilmente se despliega en esta singular road-movie recorriendo Norteamérica en varias etapas. Arrancando como un drama de ancianos con demencia en un geriátrico, donde vemos los problemas de las edades muy avanzadas, por un lado a Max Martin Landau) que representa el declive físico estando en una silla de ruedas entubada la nariz a una bombona para poder respirar, y por otro lado está Zev, con sus achaques de senilitud en progresión. Pero de modo gradual ingeniosamente va virando al thriller, dejando por el camino ácidas críticas a la sociedad estadounidense en su política armamentística doméstica, donde se le puede vender a un anciano con problemas mentales una pistola (una glock 17) sin problemas. Seguimos a Zev en su cruzada anti nazi para cazar al Rudy Kurlander (en realidad el Blockführer Otto Wallisch) responsable del crimen familiar que persiguen, donde pasará por varias ‘pantallas’, donde su particular Lazarillo ante su ceguera mental será una carta con instrucciones (cual tatuajes de Leonard en “Memento”, de la que haré spoiler en zona spoiler para los que no la hayan visto es el aviso, también haré de "El Corazón del Ángel"), y alguna llamada a su amigo Max. Una odisea (en la que no quiero spoilear) en la que se irán desgranando los fantasmas del pasado con la persecución nazi a los homosexuales; la visión de nazis convencidos de la lucha, pero contrarios a lo que se hizo contra los judíos; o el cómo el Huevo de la Serpiente ha germinado en mucha gente en modo de racismo sangrante.
La puesta en escena es sobria, dejando que se la historia la que hable por sí misma, potenciando los ententes. La cinematografía es de Paul Sarossy (“El dulce porvenir” o “Los Borgia”), donde destaco algunas visiones del protagonista Zev distorsionado a través de espejos sucios, de ventanas, o tras una cortina de agua que difumina su rostro cual alegoría de él mismo.
Todo ello desarrollado en un crescendo dramático de menos a muy más, con varias etapas en las paradas del protagonista, donde en cada una asistimos a tensos momentos. Todo ello en un entramado de sub capasen donde para imantarnos más somos como el protagonista Zev, sabemos lo mismo que él, y todo se va desgranando poco a poco, donde la intensidad se va dosificando para estallar en momentos determinados de modo arrollador, con giros que te impactaran, con situaciones que te emocionaran. Girando todo alrededor de un anciano superviviente del campo de exterminio de Auschwitz en busca del nazi que asesinó a toda su familia. Todo ello con argumento sencillo, pero directo y sólido en todas sus vertientes, donde un tipo debe llegar a su objetivo, siendo el principal obstáculo su propia mente convulsa, ello con un ritmo fluido que a medida que avanza te cautiva más y más, hasta desembocar en su rush final en una conclusión impresionante (no entiendo a los que la tachan de manipuladora, no quiero poner ejemplos para no sugerir mínimamente spoiler), pero cuando se ha dado me ha resultado lógica, pues sagazmente el guión ha ido dejando miguitas de pana en formato pistas que hacen que todo encaje al final como un sensacional puzle. Y todo ello sin insertos maniqueos de flash-backs, sin caer en sensiblerías baratas, tratando al espectador como persona inteligente. Como tampoco entiendo y me llega a molestar que se diga que banaliza el holocausto o el Alzheimer, está gente de haber visto otra película, ejemplo es que seguro que ensalzan a la irritante “La vida es bella”, prodigio vomitivo de trivialización de la SHOAH.
Posee un Homérico elenco actoral (internacional) de casi todos veteranos. Desde el estadounidense o Martin Landau que borda a ese carismático caza nazis postrado en silla de ruedas con respiración asistida, el pepito Grillo que guía al protagonista, brillante; El suizo Bruno Ganz encarnando a un convencido y enérgico nazi convencido (otro más después de su legendaria actuación dando vida a Hitler en “El Hundimiento”); El alemán Jürgen Prochnow cuasi-desconocido por el maquillaje, dando vida a otro anciano complejo; Heinz Lieven que con 87 años derrocha capacidad expresiva desde una cama enfermo, sublime su corta escena en que la química con el protagonista traspasa la pantalla; El no anciano Dean Norris (eterno Hank Schrader de “Breaking Bad”), en un tramo espectacular del film, cargado de tensión que se corta con un cuchillo; Pero sobre todo el canadiense Christopher Plummer (motivo por el que me he acerca do a este film, por su reciente fallecimiento 21/Febrero/2021), que se pone a las órdenes del realizador trece años después de “Ararat”, dotando a su personaje de una acusada personalidad desde ese genial principio llamando y buscando a su esposa Ruth fallecida 10 días antes, impregnando de humanidad a su Zev, haciéndonoslo empatizable, importándonos lo que le pase, queremos que llegue hasta el final, toda una lección de expresividad a sus 86 años, proyectado toda una gama de sentimientos desde la desorientación, la frustración, la confusión, el resentimiento, la determinación, fascinante en cada gesto y mirada, Prodigiosa actuación Crepuscular.
La cinta combina con vigor el dramatismo emocional, con la tensión del terror. Hábilmente se despliega en esta singular road-movie recorriendo Norteamérica en varias etapas. Arrancando como un drama de ancianos con demencia en un geriátrico, donde vemos los problemas de las edades muy avanzadas, por un lado a Max Martin Landau) que representa el declive físico estando en una silla de ruedas entubada la nariz a una bombona para poder respirar, y por otro lado está Zev, con sus achaques de senilitud en progresión. Pero de modo gradual ingeniosamente va virando al thriller, dejando por el camino ácidas críticas a la sociedad estadounidense en su política armamentística doméstica, donde se le puede vender a un anciano con problemas mentales una pistola (una glock 17) sin problemas. Seguimos a Zev en su cruzada anti nazi para cazar al Rudy Kurlander (en realidad el Blockführer Otto Wallisch) responsable del crimen familiar que persiguen, donde pasará por varias ‘pantallas’, donde su particular Lazarillo ante su ceguera mental será una carta con instrucciones (cual tatuajes de Leonard en “Memento”, de la que haré spoiler en zona spoiler para los que no la hayan visto es el aviso, también haré de "El Corazón del Ángel"), y alguna llamada a su amigo Max. Una odisea (en la que no quiero spoilear) en la que se irán desgranando los fantasmas del pasado con la persecución nazi a los homosexuales; la visión de nazis convencidos de la lucha, pero contrarios a lo que se hizo contra los judíos; o el cómo el Huevo de la Serpiente ha germinado en mucha gente en modo de racismo sangrante.
La puesta en escena es sobria, dejando que se la historia la que hable por sí misma, potenciando los ententes. La cinematografía es de Paul Sarossy (“El dulce porvenir” o “Los Borgia”), donde destaco algunas visiones del protagonista Zev distorsionado a través de espejos sucios, de ventanas, o tras una cortina de agua que difumina su rostro cual alegoría de él mismo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Momentos recordables (aparte de los ya mencionados): Zev se enfrenta al primer Rudy Kurlander (gran Bruno Ganz), veterano orgulloso alemán de la WWII; El encuentro con el segundo Rudy Kurlander (gran Heinz Lieven) en un hogar de ancianos en Hearst (Ontario-Canadá), está postrado en una cama, con sonda y respirador cuando tras charlar un poco con él, erróneamente cree es el criminal, saca sea arma y le apunta, el pobre hombre pone su brazo para protegerse, entonces Zev ve su tatuaje en el brazo, entonces Zev des concertado le pregunta si es judío, este le responde que ‘Homosexual’ y se echa a llorar Zev sobre él; Un tenso, asfixiante y brillante tramo cuando Zev con John (Dean Norris), policía estatal, hijo del tercer Kurlander, le dice su padre murió hace tres meses. John cree Zev es un viejo amigo de su padre durante la guerra, le muestra recuerdos nazis de su padre, pero revela su padre era solo un niño y cocinero durante la guerra. Cuando John, que es un neonazi, ve el tatuaje de Zev y se da cuenta de que es judío, se enfurece, presionando y vejando a Zev, este se orina encima, tras lo que John suelta a su pastor alemán, Eva (seguramente por Eva Braun). Zev dispara al perro y luego a John en defensa propia, se derrumba exhausto en la cama de John. Se ducha y sale de la casa por la mañana. Sensacional.
El encuentro con el cuarto (y último) Rudy Kurlander (Jürgen Prochmnow) y su familia, y lo reconoce por su voz como el Auschwitz Blockführer. Este le abraza, Zev le espeta que no le toque y le apunta con su glock 17, aparece su hija y nieta, con su hijo (que lo rastreó a través de su tarjeta de crédito y luego el servicio de taxi), le exige ante ellos que cuente quien es en realidad (a su familia les había contado que fue un preso en Auschwitz), se niega, entonces Zev amenaza con disparar a la nieta de Rudy a menos que confiese "la verdad" a todos. Entonces Rudy lloroso confiesa a su hija y a su nieta que estuvo en las SS y mató a "muchas" personas. Sin embargo, dice que su verdadero nombre es Kunibert Sturm, y (llega el gran giro) el propio Zev es Otto Wallisch. Ambos eran Blockführers, y después de la guerra, se tatuaron el mismo número (98814) para hacerse pasar por sobrevivientes judíos, y que si se puso Zev es porque significa ‘Lobo’. Conmocionado, Zev dispara a Sturm y luego dice apesadumbrado "Lo recuerdo", y se dispara fatalmente; Hay una elipsis y volvemos al geriátrico de Nueva York, los horrorizados residentes del asilo de ancianos ven los reportajes de televisión sobre el asesinato/suicidio. Max revela que reconoció a Zev como Wallisch cuando llegó al hogar de ancianos, y que Wallisch y Sturm mataron a su familia. En el escritorio de Max, se muestra una copia de su carta a Zev junto con una foto de Otto Wallisch y una confesión manuscrita de Max. En realidad todo ha sido la venganza de Max Rosenbaum contra Kunibert y Zev/Otto.
Me recuerda en cierto modo este final al de “El Corazón del Ángel” (1987), donde el detective protagonista está buscándose a sí mismo, esto lo descubre fatalmente al final, es alguien que vendió su alma al diablo, y ahora este viene a por ella; La otra a la que me recuerda es “Memento”, donde el protagonista descubre que el verdadero villano que busca fue inventado por él mismo, y como no lo recuerda se aferra ello como símbolo de tener un objetivo en la vida.
El film te va dejando algunas pistas que una vez visto el desenlace te hacen pensar, me refiero a como escoge una pistola glock 17, un arma alemana; se me hizo un tanto inverosímil como se deshace del can Eva y posteriormente del poli nazi de dos certeros disparos, me resultó una licencia, pero una vez conocido el verdadero pasado como SS de Zev/Otto, ya todo me cuadró; Asimismo esté el gusto de Zev/Otto por la música del reconocido antisemita Richard Wagner, músico de cabecera de Hitler.
Film a reivindicar. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2021/06/remember.html
El encuentro con el cuarto (y último) Rudy Kurlander (Jürgen Prochmnow) y su familia, y lo reconoce por su voz como el Auschwitz Blockführer. Este le abraza, Zev le espeta que no le toque y le apunta con su glock 17, aparece su hija y nieta, con su hijo (que lo rastreó a través de su tarjeta de crédito y luego el servicio de taxi), le exige ante ellos que cuente quien es en realidad (a su familia les había contado que fue un preso en Auschwitz), se niega, entonces Zev amenaza con disparar a la nieta de Rudy a menos que confiese "la verdad" a todos. Entonces Rudy lloroso confiesa a su hija y a su nieta que estuvo en las SS y mató a "muchas" personas. Sin embargo, dice que su verdadero nombre es Kunibert Sturm, y (llega el gran giro) el propio Zev es Otto Wallisch. Ambos eran Blockführers, y después de la guerra, se tatuaron el mismo número (98814) para hacerse pasar por sobrevivientes judíos, y que si se puso Zev es porque significa ‘Lobo’. Conmocionado, Zev dispara a Sturm y luego dice apesadumbrado "Lo recuerdo", y se dispara fatalmente; Hay una elipsis y volvemos al geriátrico de Nueva York, los horrorizados residentes del asilo de ancianos ven los reportajes de televisión sobre el asesinato/suicidio. Max revela que reconoció a Zev como Wallisch cuando llegó al hogar de ancianos, y que Wallisch y Sturm mataron a su familia. En el escritorio de Max, se muestra una copia de su carta a Zev junto con una foto de Otto Wallisch y una confesión manuscrita de Max. En realidad todo ha sido la venganza de Max Rosenbaum contra Kunibert y Zev/Otto.
Me recuerda en cierto modo este final al de “El Corazón del Ángel” (1987), donde el detective protagonista está buscándose a sí mismo, esto lo descubre fatalmente al final, es alguien que vendió su alma al diablo, y ahora este viene a por ella; La otra a la que me recuerda es “Memento”, donde el protagonista descubre que el verdadero villano que busca fue inventado por él mismo, y como no lo recuerda se aferra ello como símbolo de tener un objetivo en la vida.
El film te va dejando algunas pistas que una vez visto el desenlace te hacen pensar, me refiero a como escoge una pistola glock 17, un arma alemana; se me hizo un tanto inverosímil como se deshace del can Eva y posteriormente del poli nazi de dos certeros disparos, me resultó una licencia, pero una vez conocido el verdadero pasado como SS de Zev/Otto, ya todo me cuadró; Asimismo esté el gusto de Zev/Otto por la música del reconocido antisemita Richard Wagner, músico de cabecera de Hitler.
Film a reivindicar. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2021/06/remember.html