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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Comedia Dos hombres de negocios sostienen distintas tesis sobre las condiciones de la naturaleza humana. Para uno es cuestión de genética, para el otro es cuestión de educación. Para corroborar sus teorías hacen una apuesta para lo cual cambian los destinos de dos personas socialmente antagónicas. (FILMAFFINITY)
12 de febrero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
42/11(11/02/24) Insulsa comedia de las que se cree más graciosa de lo que termina siendo. Es de esas películas que recordaba de mi adolescencia ochentera con mi relación con los pujantes entonces videoclubs, las cuatro décadas pasadas desde su estreno se notan en su humor en muchos momentos rancio y simplón. Dirige el por entonces prometedor (no terminó de cumplir expectativas) John Landis, adaptando el guión de Timothy Harris (“Mi novia es una extraterrestre”) y Herschel Weingrod (“Los gemelos golpean dos veces”), en una historia con resonancias al clásico literario “El Príncipe y el Mendigo” de Mark Twain, con el deux machine de ver cómo se comporta el pez fuera del agua. Peli hecha a mayor gloria de dos pujantes cómicos por entonces, ambos salidos de la gran cantera del género que es el programa Satureday Night Live, Dan Aykroyd & Eddie Murphy (en su recurrente rol de motor-mouth), acompañados por Denholm Elliott y Jamie Lee Curtis (en su primer papel de comedia), y sobre todo por los veteranos Ralph Bellamy (79 años) y Don Ameche (75 años), estos como dos hermanos millonarios, que hacen una apuesta que involucra a un corredor de bolsa a sueldo suyo al que hundirán en la miseria, y un pedigüeño al que darán el lugar del bróker, cruzando sus vidas, todo por mor del experimento de si el hábito hace al monje o son las circunstancias las que te marcan.

Es un relato ligero, sin sentimentalismo alguno, destinado única y exclusivamente a hacerte pasar unas distendidas risas, y eso lo consigue muy irregularmente, pues no hay realmente gags ingeniosos, casi todos se basan en la sal gorda, con un desarrollo bastante plano una vez expuesta su premisa. Es una peli de una broma que se estira hacia lo previsible, con personajes estereotipados. Una banal crítica al capitalismo, sin hondura alguna, un análisis del clasismo a la altura de parvulario, lanzando algún (liviano) dardo político, al hacernos ver que los malos son seguidores de Ronald Reagan (vemos tiene una foto suya en la mesa de su despacho), ataque propio de un demócrata a los republicanos, al querer hacernos ver a estos como los malos. Es una a secas, simpática cinta, que se olvida durante los créditos finales. Se ve con un esbozo a medio perfilar de sonrisa en la boca que nunca termina de salir. Es una historia enmarcada en ambiente navideño, hecha para no molestar, y por tanto, nunca arriesga. Todo en una evolución harto previsible, con un rush final en que te puedes perder en su sub trama de los mercados de valores con sus subidas y bajadas en bolsa. Aunque al final, como se resume en la Batalla entre los Buenos y los Malos, sin arista alguna, todo liso.

Tenemos a un Murphy desatado en su explosión verborrea propia de esos años, papel al que le falta chispa. Pasa su rol de ser un mendigo a un caballero refinado en un click, no hay gradualidad alguna, incluso es capaz de analizar los mercados de primeras materias cual gran estadista. Tan plano su papel que nunca sabemos nada de su pasado, es un Don Nadie y punto; Aykroyd tiene algo más que dar, pues el que sufre la verdadera cruda catarsis, da bien con la caída libre sin más, aunque también carece de fondo para empatizar con él; Jamie Lee Curtis luce palmito, incluso enseña por vez primera en pantalla sus hermosos senos en una escena gratuita no, lo siguiente. Cumple sin alardes, muy caricaturescamente divertida ataviada de sexy sueca-tirolesa; Denholm Elliott en un papel desaprovechado en grado sumo; Ralph Bellamy y Don Ameche, son el gran atractivo que queda del film, un placer ver a dos actores clásicos, se le nota divertirse en sus guiñolescos papeles.

Ejemplo del humor tosco propio de gags de programas televisivos es el ridículo tramo del asalto al maletín en el tren, todo chusco, un desfile de disfraces y poses pasadas de vueltas en el vagón, con el nigeriano, el cura, el jamaicano y la sueca, si no fuera suficiente el humor tipo teta, pedo, culo, caca, nos cuelan toda la parte de los gorilas disfrazados, primero nos cuelan como real un simio al que sí y te fijas, le ves la etiqueta al traje junto a la cremallera, luego tenemos que creer todo el mundo confunde a otra persona con disfraz de orangután. Todo este tipo de humor me resulta zafio, cual deshecho de sketch de José Mota. Don McLeod interpretó al gorila, se había hecho popular por sus interpretaciones de gorila en los comerciales de “American Tourister”, lo que le llevó a aparecer en películas.

Aparecen en cuasi-cameos los veteranos John Gleason, John Belushi, o un joven Giancarlo Esposito (mítico capo Gus en 'Breaking Bad'), asimismo está el director Frank Oz como uno de los policías corruptos

“Trading Places” fue un éxito de taquilla en su estreno, recaudó más de 90,4 millones de dólares, siendo la cuarta película más taquillera de 1983 en los Estados Unidos y Canadá, y 120,6 millones de dólares en todo el mundo.

Elmer Bernstein compuso la música, utilizando la ópera buffa Las bodas de Fígaro de Wolfgang Amadeus Mozart como tema subyacente.

Me queda un film pasable, con mejor recuerdo que presente. Gloria Ucrania!!!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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