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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Musical. Romance. Comedia Fred Astaire y Jane Powell son dos hermanos bailarines que acuden a Londres para actuar en la ceremonia que unirá en matrimonio a la princesa inglesa Elizabeth con Philip. Intentarán, además, encontrar el amor de sus vidas mientras la realeza celebra los fastos de la boda. (FILMAFFINITY)
11 de septiembre de 2020
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
305/15(10/09/20) Insulsa comedia musical (menor) dirigida por Stanley Donen (segunda realización y primera en solitario), solo salvable por el icónico número "You're All the World to Me" de Fred Astaire bailando por paredes y techos, pero que en conjunto es tan ligero como brisa de aire caliente. Tiene como estrellas a Fred Astaire y Jane Powell, con música de Burton Lane y letra de Alan Jay Lerner, siendo los bailes coreografiados por Nick Castle. Historia que se desarrolla en Londres en 1947 en el momento de la boda de la princesa Isabel y Philip Mountbatten, Astaire y Powell interpretan a hermanos en un dúo de canciones y bailes, haciéndose eco de la relación teatral de la vida real de Fred y Adele Astaire (ella también se casó con un noble inglés). Parece hecha para tener ocupado al mítico bailarín, pues todo huele a naif en su relato plano, lineal, sin apenas conflictos, con canciones ordinarias, donde el título pomposo resulta impostado, nada influyen las Bodas Reales en el desarrollo, y más aún cuando huele desde Tatooine a que no se han movido de los Studios MGM, no han disimulado lo más mínimo en su teatralidad.

Todo resulta entre cursi y banal, todo previsible, los partenaires Sarah Churchill (hija del legendario Primer Ministro Winston Churchill) y Peter Lawton están carentes de vida, con un humor tan blanco como insípido (lo del número de baile "Open Your Eyes" en el barco en medio de una marejada resulta poco imaginativo en lo poco que se exprime la idea. Este número se basa en un incidente de la vida real les sucedió a Fred y Adele Astaire mientras viajaban en barco a Londres en 1923). Un film hecho para los incondicionales de Fred Astaire, donde el famoso bailarín demuestra su habitual elegancia cuasi-etérea, donde además de la mencionada escena ‘ingrávida’, tiene una bonita secuencia de baile con un perchero en que la maestría del danzarín hace que parezca que tenga vida a su lado (número originado en el celo de los horarios de Fred frente a su hermana), pero esto no es suficiente para rellenar una película, son pequeños oasis en medio de un argumento ñoño. Tiene como anécdota que al parecer tiene la canción con el título más largo de un musical MGM “How Could You Believe Me When I Said I Love You When You Know I've Been a Liar All My Life”, en lo que es un número musical de comedia donde Astaire parece parodiar a Gene Kelly con el canotier de paja y vestido de modo payasesco, que baila al modo de vodevil con Jane Powell. Encima, como colofón deja un substrato machista bastante reaccionario en como la hermana debe decidir entre seguir bailando o casarse y hacerse ama de casa, no puede casarse y seguir bailando (puaj!), eran los años 50 y hay que aceptar pulpo como animal de compañía.

La famosa escena "You're All the World to Me" con Astaire rebotando en bailes por paredes y techos se filmó construyendo set dentro de un barril giratorio y montando la cámara y su operador en una tabla de planchar que se podía girar junto con la habitación.

Se intenta dar humor tangencial a los protagonistas, pues estos resultan muy sosos, con personajes como el dual de Keenan Wynn dando vida a dos gemelos separados por el Atlántico y que vemos en conversaciones telefónicas lacias, o con el personaje del padre de Anne encarnado por un histriónico Albert Sharpe. Los romances de los dos hermanos son de lo más intrascendentes, por imperativo del guión, sin química alguna, bien pareciera que tras las cámaras les apuntan con un revólver para que se digan cursilerías ensalzando los parabienes del matrimonio (puaj!).

Me queda una película olvidable, eso sí con el ‘video-clip’ salvable de Astaire perdiendo el sentido de la gravedad, y en mendo medida el del perchero, siendo solo recomendable a incondicionales de Fred Astaire. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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