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Voto de hueso:
10
7,8
22.748
Drama
Ernesto hace un viaje a la provincia argentina de San Luis, a un remoto pueblo en un valle puntano, para recordar su infancia y las circunstancias que han determinado su vida: sus padres se habían exiliado voluntariamente de Buenos Aires para vivir en una comunidad campesina. La llegada de un geólogo español, contratado por el cacique local para buscar petróleo, representa una amenaza para la forma de vida de los campesinos. (FILMAFFINITY) [+]
14 de noviembre de 2010
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Realmente maravillosa. De las películas que te dejan sin palabras, las mejillas empapadas, los ojos rojos y el estómago aún sigue masticando sentimientos y acabas fumando (lo que sea) aunque ni siquiera fumes: en una terraza, un balcón, una ventana. Mirando el horizonte, las montañas, lo que alcancen tus ojos. Buscando ese lugar que la película te regala y justo al acabar de verla, en ese preciso instante te encuentras.
Los sentimientos fluyen desde principio a fin mezclándose superlativamente y de una forma u otra explica una realidad de una familia argentina situada en Río Grande. Família inteligente, peronista, de izquierdas que tuvo que desertar a España pero volvió para quedarse.
Refleja la desnudez del ser humano, los sentimientos, la vida en su esencia. Sobresale pletóricamente de la pantalla.
La película empieza con el regreso, del niño que ya es mayor, al hogar de la infancia. Con el objetivo (sin él saber porqué) de recordar lo que le sucedió en el invierno de sus 12 años. La película es un recuerdo. Se respira poesía, monólogos y diálogos que te empapan con su timidez, sin grandes tecnologías. La esencia más esencial:
“Nada es insignificante. El hielo, por ejemplo, es el peor enemigo de la montaña. Cuando llueve, el agua se mete en las grietas, y al llegar la noche, se hace hielo, aumenta de volumen, y rompe la piedra. Poco a poco, la deshace. La montaña lo sabe, y se queja. No puede defenderse, pero se queja. Antes de la tormenta, se oye un zumbido. Canto de abejas le llaman, porque es como un chisporroteo, como el zumbido de las abejas. Algunos dicen que es porque el aire se carga de electricidad… pero a mí me gusta más creer que es la montaña, que se queja”’.
Algún día encontraremos un lugar en el mundo donde nuestro corazón aposentado no quiera marcharse.
Los sentimientos fluyen desde principio a fin mezclándose superlativamente y de una forma u otra explica una realidad de una familia argentina situada en Río Grande. Família inteligente, peronista, de izquierdas que tuvo que desertar a España pero volvió para quedarse.
Refleja la desnudez del ser humano, los sentimientos, la vida en su esencia. Sobresale pletóricamente de la pantalla.
La película empieza con el regreso, del niño que ya es mayor, al hogar de la infancia. Con el objetivo (sin él saber porqué) de recordar lo que le sucedió en el invierno de sus 12 años. La película es un recuerdo. Se respira poesía, monólogos y diálogos que te empapan con su timidez, sin grandes tecnologías. La esencia más esencial:
“Nada es insignificante. El hielo, por ejemplo, es el peor enemigo de la montaña. Cuando llueve, el agua se mete en las grietas, y al llegar la noche, se hace hielo, aumenta de volumen, y rompe la piedra. Poco a poco, la deshace. La montaña lo sabe, y se queja. No puede defenderse, pero se queja. Antes de la tormenta, se oye un zumbido. Canto de abejas le llaman, porque es como un chisporroteo, como el zumbido de las abejas. Algunos dicen que es porque el aire se carga de electricidad… pero a mí me gusta más creer que es la montaña, que se queja”’.
Algún día encontraremos un lugar en el mundo donde nuestro corazón aposentado no quiera marcharse.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El padre forma una cooperativa para ayudar al campesinado vendiendo la lana y comienza a ponerle pies a una utopía tras su partida debido a la dictadura. El mundo puede ser salvado por la moral, por la unidad, por la fraternidad…pero su cooperativa no sabe negociar, los campesinados incultos ( no saben leer ni escribir) no tienen una buena política de organización, no saben negociar y la utopía cae por su propio peso. Una vez más se ve reflejada la lucha del proletariado contra los más poderosos pero llena de matices, llena de ideales.
Repleta de momentos de ternura, de verdades como puños (los borrachos nunca mienten y José Sacristán nos regala una escena que no tiene precio).
La madre, medico, no tan revolucionaria como su marido da entender en muchas ocasiones sentimientos que desbordan la pantalla pudiendo llegar a formar un triángulo amoroso del que por su cordura, inteligencia y saber situarse nunca llegó a darse (únicamente en la mente).
La monja por demasiado progresista la quieren destinar fuera.
El geólogo, un mercenario como dicen en la película empieza a conectar con la familia hasta formar una red con sus mentes y sus personas de la que aunque parta hacia otro lugar no podrá salir.
Repleta de momentos de ternura, de verdades como puños (los borrachos nunca mienten y José Sacristán nos regala una escena que no tiene precio).
La madre, medico, no tan revolucionaria como su marido da entender en muchas ocasiones sentimientos que desbordan la pantalla pudiendo llegar a formar un triángulo amoroso del que por su cordura, inteligencia y saber situarse nunca llegó a darse (únicamente en la mente).
La monja por demasiado progresista la quieren destinar fuera.
El geólogo, un mercenario como dicen en la película empieza a conectar con la familia hasta formar una red con sus mentes y sus personas de la que aunque parta hacia otro lugar no podrá salir.