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Voto de Xermancio:
4
Drama Verano de 1976. Bea tiene 16 años y se suma a los aires de cambio que recorren el país; colabora con un grupo de mujeres para visibilizar la causa feminista y lograr la aprobación del derecho al aborto. La rebeldía que siente en la sangre se mezclará con un sentimiento inesperado que trastocará su mundo interior. A lo largo de estos meses, Bea entablará una amistad muy especial con Miren, una chica algo mayor que ella y de buena ... [+]
5 de mayo de 2023
19 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
El contenido con el que Munt desarrolla su nueva película es potente. No hay muchos contenidos audiovisuales que traten la llegada de la democracia desde un punto de vista feminista. Sin embargo, podría haberse trabajado de una forma más loable.

Por un lado, el enclave geográfico vasco podría ayudar mucho a dar una estética tanto paisajística como industrial. Desgraciadamente, la localización está desaprovechada. Se exceptúan algunos momentos en el desenlace u otras escenas específicas. La película fue rodada en la provincia de Guipuzkoa, pero la sensación es que podría haberse escogido como set cualquier otra región de la península. La ambientación resulta indiferente al espectador y no aporta ningún elemento identitario.

Como intérprete revelación en un gran proyecto, Falcó ejecuta un trabajo digno. Poseía una segunda labor aún más difícil, que es transmitir los sentimientos de una chica en plena juventud con ganas de cambiar la opresora sociedad en la que vive.. Sin embargo, el problema con su figura proviene del propio guion. Las oportunidades que podría otorgar un correcto desarrollo de su carácter eran múltiples, pero nunca llegan a salir a flote. Hay un constante sentimiento de quiero y no puedo. Algo trascendental parece que le va a suceder que ayudará a proporcionar una nueva perspectiva a la sinopsis. Tristemente no llega a acontecer.

De cualquier forma, peor salida tiene su compañera de escena, Tarrats. No se comprende su propósito en el conflicto de la cinta. Por desgracia, aporta mucha más confusión que certeza. Tiene una situación vital muy turbia, pero no se razona el porqué de su actitud. Sin duda alguna, la interpretación más reseñable es la de Nagore Cenizo en la piel de Asun. Muestra su faceta de insumisa frente a todos de la forma más real posible.

La obra tiene un desarrollo correcto, pero peca de ser excesivamente plano. La idea inicial era buena, pero por como está planificada, da para un mediometraje. Los últimos 20 minutos, donde eclosiona el drama principal, son insulsos e, incluso, innecesarios. Para más inri, se añade un argumento pseudoamoroso que ni siente ni padece ni consigue emocionar a los que están delante de la pantalla.

Se nota que Las buenas compañías tiene unas loables intenciones. De hecho, se puede apreciar que está amasada con un cariño especial. Lamentablemente, no alcanza a poder considerarse un trabajo memorable. Todos los elementos estaban sobre la mesa y se ejecutan correctamente. Falta un potenciador para que obrasen sobresalientemente.
Xermancio
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