La soledad...el vacío...la miseria existencial...el vagar por estancias de colores fríos...paredes blancas...miradas desoladas...llamadas perdidas...New York, New York...¡La gallina!.

¿Dónde está el impacto verdadero en 'Shame'? Acaba...y...termina...en la mirada de Michael Fassbender. Es guapo, es listo y con dinero ¿qué más quieres Baldomero? Ah, sí, no lo he dicho todavía: Fassbender/Brandon es como el paje del poema de José Martí ("hiela mi paje, y chispea/Mi paje es un esqueleto") con la paja en los talones. O sea, un muerto. Huye...de sí...mismo...Brandon...y en cambio...se encuentra...con su hermana. ¡Que es un zorrón!.

Más miradas...a la habitación...al horizonte...más paseos...más pajas...más melancolía de diseño Bangs & Olufsen...¡más puntos suspensivos! ¡Porque los personajes hablan muy despacio y con muchas pausas cómo no!.

Y todo este infumable conjunto de topicazos contemplativos afortunadamente irrumpidos por el escaso fragor de algún que otro orgasmo. Gracias, Steve McQueen, por no hace que tu prota fuera un adicto al tabaco.

Todo el mundo piensa mucho con todas esas pausas, claro. Palmadita, unos premios y a casa.