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Voto de Juan Alegre Arnau:
9
![](https://filmaffinity.com/images/myratings/9.png)
7,9
1.623
Bélico. Drama
Durante la Segunda Guerra Mundial, dos partisanos soviéticos se apartan del grupo, que está hambriento, para ir a una pequeña granja a coger provisiones. Pero como los alemanes han llegado primero, tendrán que seguir recorriendo territorio ocupado para encontrar otro sitio donde abastecerse. (FILMAFFINITY)
18 de noviembre de 2022
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En una conversación con mi tío acerca del desarrollo de personajes en las películas y series, acabaron por salir a la luz una de las muchas citas del gran Robert McKee. Este decía que es en los dilemas donde el personaje se muestra tal y como es en realidad (algo parecido a lo que dice el Joker en el caballero oscuro). Conforme mayor sea la crisis, más se desarrolla a los personajes. El bueno de mi tío concluyó esta parte de la charla recomendándome esta película.
Pues bien, ya la he visto. No me las daré de enigmático, más que nada porque al lado del título pone la nota que le he puesto. En fin.
Hago constar que si no le he puesto un diez es porque hay momentos en las que se hace un poco pesada (me pasó lo mismo con Ran, del maestro Kurosawa), sobre todo en la segunda mitad de la película, aunque para que os voy a engañar: el final es tan bueno que cualquier defecto que pudiera tener la cinta queda opacado casi por completo.
La película, narrativamente hablando, sigue la estructura de películas como El Infierno del Odio (obra maestra) y Death Proof (para los postmodernos), en el sentido de que está divida en dos partes claramente diferenciadas (me reservo las explicaciones para la zona de spoilers). Sigue las desventuras de dos partisanos soviéticos en el frente ruso de la Segunda Guerra Mundial, en una "Madre Patria" ocupada por los nazis y hombres que se han pasado a su bando (llámense colaboracionistas o traidores, en función de a quién le preguntes) con tal de no ser ejecutados. En este contexto se basa la historia, un viaje por un páramo infernal que desencadenará en otro infierno mucho peor, el de la conciencia.
La recomiendo sobre todo a los amantes del blanco y negro. La fotografía es brutal: los grises que retratan el invierno como poco menos que un infierno, los primeros planos a unos actores cuyas actuaciones dejan a los de hoy en día a la altura del betún, esos travelines simbólicos que muestran el paso del personaje de un estado a otro... magnífico.
Lo único negativo que le saco es lo mencionado previamente (un poco pesada) y tal vez que la trama esconde cierto mensaje partidista (viniendo de la URSS, no sorprende), aunque tengo entendido que tuvo problemas para estrenarse precisamente por su falta de propaganda. Por lo demás, una obra de arte poseedora de un mérito cada vez menos apreciable hoy en día: una capacidad magistral de narrar dilemas, situaciones y simbolismos tan solo con imágenes... y menudas imágenes.
Pues bien, ya la he visto. No me las daré de enigmático, más que nada porque al lado del título pone la nota que le he puesto. En fin.
Hago constar que si no le he puesto un diez es porque hay momentos en las que se hace un poco pesada (me pasó lo mismo con Ran, del maestro Kurosawa), sobre todo en la segunda mitad de la película, aunque para que os voy a engañar: el final es tan bueno que cualquier defecto que pudiera tener la cinta queda opacado casi por completo.
La película, narrativamente hablando, sigue la estructura de películas como El Infierno del Odio (obra maestra) y Death Proof (para los postmodernos), en el sentido de que está divida en dos partes claramente diferenciadas (me reservo las explicaciones para la zona de spoilers). Sigue las desventuras de dos partisanos soviéticos en el frente ruso de la Segunda Guerra Mundial, en una "Madre Patria" ocupada por los nazis y hombres que se han pasado a su bando (llámense colaboracionistas o traidores, en función de a quién le preguntes) con tal de no ser ejecutados. En este contexto se basa la historia, un viaje por un páramo infernal que desencadenará en otro infierno mucho peor, el de la conciencia.
La recomiendo sobre todo a los amantes del blanco y negro. La fotografía es brutal: los grises que retratan el invierno como poco menos que un infierno, los primeros planos a unos actores cuyas actuaciones dejan a los de hoy en día a la altura del betún, esos travelines simbólicos que muestran el paso del personaje de un estado a otro... magnífico.
Lo único negativo que le saco es lo mencionado previamente (un poco pesada) y tal vez que la trama esconde cierto mensaje partidista (viniendo de la URSS, no sorprende), aunque tengo entendido que tuvo problemas para estrenarse precisamente por su falta de propaganda. Por lo demás, una obra de arte poseedora de un mérito cada vez menos apreciable hoy en día: una capacidad magistral de narrar dilemas, situaciones y simbolismos tan solo con imágenes... y menudas imágenes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
El dilema que he mencionado al principio se da en la segunda parte (no es el único, pero sí el más importante), cuando a Sotnikov se le da a elegir entre traicionar a sus camaradas o evitar que maten a su amigo, a la mujer que los encubrió (cuyos hijos han sido abandonados a su suerte), a una niña judía y a un viejo colaboracionista que también les echó una mano. Lo torturan pero él, que se nos ha presentado como un hombre herido, asmático y frágil, no da su brazo a torcer pese a sucumbir por unas horas a un estado de semi locura por el dolor.
Por otro lado, Rybak, que se presenta como el soldado fuerte, valiente y seguro de sí mismo, acaba por traicionar a su patria y amigos para salvar el pellejo. Su desarrollo también es muy bueno, comienza con ensoñaciones en las que trata de huir pero no encuentra valor. Cuando se le interroga, finge colaborar diciendo cosas que presupone que su interrogador ya sabe. Pero al final, cuando Sotnikov no da su brazo a torcer y las sogas ya cuelgan del poste, se pasa al bando rival.
Esta dualidad nos muestra la realidad de la guerra: mantener el valor y la cordura en esas tierras inhóspitas es casi imposible. Si analizamos detenidamente los dos dilemas y sus conclusiones, veremos que no todo es blanco o negro como pueda parecer en un principio. Me quito el sombrero ante el guionista (y también al autor de la novela en la que se basa).
La escena del linchamiento es brutal. La escenografía cuando Sotnikov sonríe al niño y es ahorcado, con su cuerpo balanceándose, como si estuviera ascendiendo a la gloria, al más puro estilo de Jesucristo muriendo por todos los hombres. Por otro lado, Rybak es llamado Judas por el pueblo. La directora le da un final más cruel que la que tuvo el discípulo del mesías. Intenta suicidarse repetidas veces pero falla. Y en ese momento, con la puerta cerrándose al paisaje nevado y salvaje, sucumbe al remordimiento y la cobardía. Sin palabras
Por otro lado, Rybak, que se presenta como el soldado fuerte, valiente y seguro de sí mismo, acaba por traicionar a su patria y amigos para salvar el pellejo. Su desarrollo también es muy bueno, comienza con ensoñaciones en las que trata de huir pero no encuentra valor. Cuando se le interroga, finge colaborar diciendo cosas que presupone que su interrogador ya sabe. Pero al final, cuando Sotnikov no da su brazo a torcer y las sogas ya cuelgan del poste, se pasa al bando rival.
Esta dualidad nos muestra la realidad de la guerra: mantener el valor y la cordura en esas tierras inhóspitas es casi imposible. Si analizamos detenidamente los dos dilemas y sus conclusiones, veremos que no todo es blanco o negro como pueda parecer en un principio. Me quito el sombrero ante el guionista (y también al autor de la novela en la que se basa).
La escena del linchamiento es brutal. La escenografía cuando Sotnikov sonríe al niño y es ahorcado, con su cuerpo balanceándose, como si estuviera ascendiendo a la gloria, al más puro estilo de Jesucristo muriendo por todos los hombres. Por otro lado, Rybak es llamado Judas por el pueblo. La directora le da un final más cruel que la que tuvo el discípulo del mesías. Intenta suicidarse repetidas veces pero falla. Y en ese momento, con la puerta cerrándose al paisaje nevado y salvaje, sucumbe al remordimiento y la cobardía. Sin palabras