Un quiero y no puedo, lastimosamente esta producción colombiana, no logra su cometido de entretener y al mismo tiempo darle veracidad a la historia que nos quiere contar. Hay que decir que técnicamente no está mal, a pesar de tener ciertos fallos, se ha mejorado notablemente respecto de las producciones de antaño del país. Pero donde a mi parecer están sus deficiencias es en el modo en el que el director nos la quiere contar, hay un par de escenas que sencillamente tienen algún fallo que uno no acepta, y no te dejan disfrutar el visionado con tranquilidad. A pesar de esto el planteamiento de la película es interesante. En cuanto a la parte interpretativa, no está del todo mal, su interpretación más deficiente puede ser la de Ricardo Vélez, ya que su personaje debiera ser de los que más fuerza dramática tuviese, pero no logra transmitir esto al espectador, rescatar la labor de Édgar Ramírez y de Salvador del Solar.
En general cierta mejora en cuanto al nivel técnico del cine colombiano, pero que aún no logra llegar a ciertas cotas de calidad.
Saluda al diablo de mi parte, una película que simplemente se ve, medio se digiere, y se olvida.