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Voto de Alvaro Zamora Cubillo:
6
Drama En un colegio en Roma, un profesor, llamado Dodo, sufre una profunda depresión. Su mujer acaba de dejarlo por otro hombre. Dodo la quiere de regreso desesperadamente, y comienza a tener fantasías y a soñar despierto sobre ella. (FILMAFFINITY)
13 de abril de 2017
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ayer vi “L'uomo che guarda” (1994) de Tinto Brass con Katarina Vasilissa, Francesco Casale, Cristina Garavaglia, Raffaella Offidani, Antonio Salines, Martine Brochard, Franco Branciaroli, Ted Rusoff, entre otros. Drama erótico y libre adaptación de la novela homónima de Alberto Moravia publicada en 1985; es la historia entrelazada de un profesor, su esposa y el padre de aquél, donde el sexo es la base de sus vidas, vacías y sin sentido; donde utilizan el voyerismo para conocer sus pasiones y forma de vida. Aquí Tinto Brass logró una profundidad más real, con un estudio de personajes más serio, y una declaración directa y frontal de la naturaleza humana. No obstante, al igual que en muchos relatos eróticos, la idea básica es mostrar un claro contraste entre la intimidad del amor verdadero, y la depravación moral de la lujuria y el sexo sin sentido, en este caso, con el centro de atención en el voyerismo, en la indulgencia de un espectador inactivo de sus deseos lujuriosos; poniendo al descubierto los secretos sexuales íntimos, en toda su esencia carnal y vulnerabilidad, una revuelta contra una sociedad hipócrita que reprime una parte vital de la vida por pura ignorancia. Pero también hay humor, sobre todo alrededor del padre y la enfermera. Siendo sincero, Tinto Brass muestra todo esto de manera muy artística, combinando erotismo con sexo explícito y elegante. Desde lo técnico, destaca la banda sonora jazzística de Riz Ortolani, y la excelente fotografía de Massimo Di Venanzo. Como dato curioso, en contraste con Hollywood, tenemos numerosas escenas de mujeres flacas en topless y con tetas falsas, donde los pechos no son el foco principal; algunos derrières curvilíneos, y para variar, un par de primeros planos de vaginas “au naturale”, pero también de anatomía masculina erecta; pero a diferencia del “hardcore”, no hay felación, ni escenas de penetraciones en primer plano ni semen; en definitiva, vemos la sexualidad desde un prisma muy artístico, para nada gratuito, logrando redondear el perfil interior de los personajes, también literalmente; porque todos somos voyerista/mirones, el cine está repletos de ellos, allí en el salón de butacas, o delante de la pantalla de TV; donde disfrutamos siendo testigos de las situaciones de otras personas. Así es como se filma una película de sexo con argumento, sin ser vulgar.
RECOMENDADA
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas.
http://lecturascinematograficas.blogspot.com/
Alvaro Zamora Cubillo
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