Coproducción italoespañola dirigida por el director español que también ha realizado títulos como Ceremonia Sangrienta (1973), y que bebe claramente del título de zombis por excelencia que es La Noche de los Muertos Vivientes (George A. Romero, 1968), aunque la película sepa desmarcarse de ésta.

Los cadáveres de una morgue inglesa próxima a una abadía de Manchester vuelven a la vida a causa de un experimento del gobierno que utiliza ultrasonidos para combatir la contaminación. Pero el experimento consigue también que los insectos de la zona enloquezcan y se devoren unos a otros. Al mismo tiempo, los muertos salen de sus tumbas con hambre y sed de venganza.

Esta película, sobre ser exploitation de la obra maestra de Romero, se desmarca rápidamente de esta, mostrando un motivo cuanto menos curioso para la aparición de los muertos vivientes. La cinta hace gala en todo momento de una potente crítica social que hace sumar enteros a la cinta por lo bien llevada que esta, cargando contra muchos elementos reales. Los zombis que son el elemento que más se asemeja a su película referencia, se desmarcan en este film, ya que más que querer alimentarse, quieren matar a los vivos sin más, cuestión que le da un importante toque distintivo a la cinta.

No Profanar el Sueño de los Muertos es un buen film de zombis y un merecido clásico de culto del cine de terror que sabe llevar a su terreno el subgénero de muertos vivientes y pese a ser un film pequeño, es muy disfrutable en sus tan solo 93 minutos.

Nota personal 7/10