Octava película del prolífico universo Warren, y tercera entrega de Expediente Warren, que se centra en las aventuras del famoso matrimonio. La película está dirigida por el responsable del film La Llorona (2019), que sustituye a James Wan (Insidious, 2010), el cual había dirigido las dos películas anteriores, y está protagonizada por Vera Farmiga (La Huérfana, 2009), y Patrick Wilson (Hard Candy, 2005).

Ambientada en los años 80. Ed y Lorraine Warren deberán afrontar un nuevo caso que se presenta con un hombre, Arne Cheyne Johnson, que es acusado de asesinato tras haber sido poseído por un demonio.

Como era de esperar, la ausencia de James Wan a los mandos del proyecto se nota, dejando de lado la tensión que estaba presente en todo momento, para recurrir mucho más a un jumpscare que continúa siendo más eficiente que la media. Otra gran diferencia presente en esta entrega es una investigación a la que se le da bastante importancia, y aunque esto hace que el terror quede algo de lado en ciertos momentos, aporta un aire fresco a una saga que consigue mantenerse a flote pese a cierto desgaste patente. Las actuaciones resultan brillantes, con la innegable química que tienen Patrick Wilson Y Vera Farmiga, que consiguen ser muy creíbles, y una familia atormentada que consigue que empatizemos con ella.

Expediente Warren: Obligado Por el Demonio, baja un poco el listón con respecto a las dos entregas anteriores, pero no por esto deja de ser una propuesta muy disfrutable que nos da algunas escenas muy inquietantes, los primeros cinco minutos son muy interesantes con referencia incluida, y una trama algo diferente a lo ya visto en la saga, que resulta igualmente entretenida.

Nota personal 7/10