El producto tiene viso de agotamiento, pidiendo una salida urgente que puede tener la forma del final de esta tercera parte, que salvo momentos muy aislados, demuestra que si hay preparada una cuarta y quinta entrega, ya no tendra la misma fuerza original y sarcasmo de la primera.
Salvo buscar los homenajes de películas clásica, canciones que hara sentir gusto a los más melómanos, y algunos golpes de humor medianamente adultos, este rey sin corona en forma de ogro ya ha dejado de ser util no para la taquilla por sus buenos resultado ecnómicos sino para los gustos de buscar aquella frescura perdida de la monarquía nunca nunca nunca encontrada.