La verdad es que ésta es una de esas películas que sorprenden, de las que provocan ese 'click' dentro de cada uno de nosotros al revivir algún momento que nos puede haber ocurrido.

La verdad es que no le falta originalidad, desde el principio hasta el final; ya el simple planteamiento de la historia y su forma de desarrollarla es innovadora, fresca, tiene ritmo... elemento del que carece la mayoría de las películas que explotan el repetitivo esquema típico de 'comedia romántica'. Eso es justo lo que nos puede parecer al leer el título del film; nos ponemos a verla y... cinco minutos más tarde nos damos cuenta de que no es así.

La verdad es que engancha, desde el minuto 1, y eso que ya sabemos cómo va a terminar, y aún así la vemos, sin perdernos una escena y sin caer en el aburrimiento.

Y hablando de ritmo, la verdad es que la banda sonora dice mucho a su favor. Grandes canciones, algunas míticas; sólo con 'There is a Light that Never Goes Out', de The Smiths, ya puede uno darse por contento; pero insisto, una muy bien elegida banda sonora.

Y por último, la verdad es que los personajes se merecen un diez, porque bordan las interpretaciones, porque transmiten como nadie esas sensaciones y esas palabras que todos hemos sentido alguna vez y porque nos permiten, de ese modo, adentrarnos en esta historia que, al cabo de una hora y media, ya no nos parece tan ajena.