Una chica con cara de palo aparece de repente en la cama de una pareja y le da un mordisco al tio. Total que se la llevan al hospital para lavarle los dientes y de ahí a una casa de acogida. Todo se desarrolla con cierta normalidad hasta que reaparece el demonio que lleva en el culo. Patatera segunda parte del "Último exorcismo" de Daniel Stamm (2010) que narraba las aventuras y desventuras de Nelly, una adolescente que es poseída por un demonio en una granja de cochinos de Guisconsin. Esta secuela es más de lo mismo pero en tono más juvenil, más estúpido y menos opresivo (es poseída en la ciudad, humpf). Un sustico por aquí, una genoflexión imposible por allá, una sombra furtiva al final del pasillo y otras muchas chorradas que no vienen a cuento..., y muy predecible (al menos no está mal producida). El problema es que se abusa de la música tenebrosa, de las visiones espectrales de medio segundo con subida de volumen y de los sustos que se lleva la tia cada vez que alguien le pregunta la hora, parece que el espíritu maligno vaya salir de una bolsa de pipas o del vaso de colacao, da igual, todo es sospechoso y al final se hace lento y cansa. Pues eso, naaa, encima el final es chanfli (no me puedo creer que piensen en una tercera parte).