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Voto de Lord Shirase:
4
Drama Una aventura emocional en torno a una deslumbrante niña de once años, muy religiosa, que se enfrenta al mismo tiempo a dos acontecimientos que son completamente nuevos para ella: enamorarse y morir. 'Camino' es, sobre todo, una luz brillante capaz de atravesar todas y cada una de las tenebrosas puertas que se van cerrando ante ella, y que pretenden en vano sumir en la oscuridad su deseo de vivir, amar y sentirse definitivamente feliz. ... [+]
15 de diciembre de 2008
13 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras firmar títulos de tan indudable cariz cómico como de profunda estulticia, verbigracia, La gran aventura de Mortadelo y Filemón (2003) o la cinta que le ¿consagró? como director, El milagro de P. Tinto (1998), Javier Fesser nos ofrece ahora una visión más cruda y adulta de la realidad, inspirándose en la trágica historia de Alexia González-Barros y González, una joven de 13 años sorprendida por una terrible una enfermedad que la sumió en un calvario de dolorosas operaciones durante los 10 meses previos al día de su muerte.
Pero el cineasta madrileño va más allá de reproducir la historia según los hechos. La arranca de su seno, la desnuda, la mancilla, y luego la viste de nuevo para simular que no fue mancillada. Pero las evidencias son claras. Nos encontramos con que los acontecimientos sucedidos sirven de excusa al director para componer una mastodóntica diatriba contra toda institución católica, más concretamente al Opus Dei, a la que pertenecía la familia de la protagonista. Aquí observamos una gran caricatura libérrima de la misma. La verdadera Alexia se aferró a su Fe como arma para combatir el dolor, como sustento de estoicismo y resignación ante la dura realidad de la muerte, pero sobre todo como esperanza de hallar la paz, la luz tras la tiniebla y el definitivo reencuentro con Dios.
En la cinta toda esta fuerza es tergiversada, deformada y mutilada por las afiladas garras de su escéptico e impío director, cuyo objetivo reside en denunciar lo que él considera un fanatismo religioso que degenera en una enajenación pseudo masoquista por definirla de algún modo. Y digo esto porque Fesser, esbozando una histriónica mueca de escarnio, parece poner todas sus fuerzas en que sus personajes, cegados por una fe autodestructiva, parezca que deseen el dolor de la protagonista. El cineasta además introduce casi a escondidas y como arma de doble filo el tema del amor joven e inocente, lleno de fuerza y sinceridad, que sirve como colofón para la total confusión de la niña, que ignora el porqué del amor y la muerte.
Cabe también señalar el controvertido desenlace que se transforma en la manifiesta demonización por parte de Fesser de todo lo mencionado y lo que es peor, en un denigrante insulto contra la familia y la memoria de Alexia.
Si a esto le sumamos que el film está salpicado con oníricos e hiperbólicos pasajes que andan a rebufo entre lo terrorífico y lo estúpido, con ángeles ígneos y paisajes ridículamente artificiosos, el resultado es más que cuestionable. Pese a esto, cinematográficamente el filme cumple, la dirección se ajusta y las interpretaciones resultan solventes, destacando a la bella y joven promesa Nerea Camacho.
En definitiva, Camino se ofrece como un título pretencioso y saturado de ínfulas filosóficas, que lejos de ser un homenaje, se pierde en si mismo por culpa de sus envilecidas intenciones y un guión viciado desde el día que se concibió.
Lord Shirase
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