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Voto de lyncheano:
5
6,7
34.168
Drama
A mediados de los 70, en un barrio residencial de una ciudad americana vive en perfecta armonía la familia Lisbon. Todos los chicos suspiran por las cinco hermosas hermanas Lisbon. Sin embargo, ese paraíso se desmorona cuando Cecilia, la menor, se suicida a los doce años. ¿Cómo puede convivir la belleza más pura con una macabra historia adolescente? Ésta es la pregunta que persigue a uno de aquellos adolescentes que, ya en su madurez, ... [+]
21 de agosto de 2009
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las Vírgenes de Sofía no son el Hanging Rock de Weir, por mucho que esta haya querido que se parecieran. En primer lugar, esta cinta nunca alcanza las cotas de magia límpida, atmósfera cegadora y virginal impacto de su antecesora australiana. Porque en aquella las chicas eran algo así como ángeles que flotaban a cada paso que daban, auténticas criaturas celestiales finalmente reclamadas por la naturaleza, ya que eran parte de ella, tanto como el agua de un arroyo. En esta, en cambio, tenemos a cinco jóvenes, a cada cual más bonita, pero a las que vemos besarse, a las que vemos retozar, a las que vemos mancillarse, y aunque Sofía se empeñe en mostrar su virginal inocencia con primeros planos de sus hermosos rostros, estas ya nunca serán más que adolescentes, como todos hemos sido, ya no formarán parte de la naturaleza más que nosotros. No son agua de arroyo. Pero la cosa no acaba aquí, y tampoco es mi intención comparar ambas películas, pues considero que el principal fallo que desprende esta cinta reside en su intrínseca voluntad de mostrar la adolescencia desde un punto de vista simplista, a pesar de lo complejo que quiera parecer. Quiero decir que, la Coppola se empeña en hacernos creer que los chicos adolescentes no son más que el reflejo de lo que las chicas adolescentes quisieran que fueran. Esto estaría medianamente bien si la voz en off fuera la de una de aquellas chicas, pues entonces al película tendría otro significado, pero es que la voz en off que nos narra los avatares de estas cinco chicas es la de uno de los adolescentes enamorados en silencio de ellas. Y esto no me parece ni medio bien. Los chicos hablan como hablaría una chica de esa edad que leyera poesía, para entendernos. Se estremecen pensando en cómo olerán las nubes y apenas pueden ocultar su deseo de ponerse uno de esos tampones que las féminas guardan a granel en sus armaritos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
De esta forma, la sexualidad, tan importante en esta película, no se nos muestra libre, desbocada, ni creíble. Poque la sexualidad femenina es completamente distinta a la masculina, y lo verdaderamente interesante, salvaje, impactante y cautivador de esta trama hubiera sido contraponer la etérea presencia de esas bellas criaturas con la inmediatez de unos chicos granujientos, ardiendo en ansias por follárselas o hacerse una paja mientras las espían por la ventana. Eso sí sería prometedor. Pero eso no lo puede filmar la Coppola. Y como eso no lo puede hacer, lo mejor hubiera sido optar por otro tipo de película, porque esta, después de todo, no queda más que como el diario secreto de cualquier niña adolescente, asqueada por una vida contradictoria y privada de libertades. Si quería rodar una película onírica, nunca debió tratarla como si estuviera basada en hechos reales; y si lo que quería era mostrar la crudeza de la realidad de las adolescentes americanas de padres extremadamente religiosos, cometió el error de plantearla como el sueño de una promesa de amor eterno y puro, como un canto a lo femenino. El suicidio es casi lúdico, no se nos dan tantas pistas durante el metraje como para intuír la necesidad del suicidio colectivo, a pesar de que estos se punteen desde el principio como único y fatal desenlace de la cinta. Por eso, creo que no pasa de ser una correcta película que promete mucho más de lo que finalmente ofrece, con un buen comienzo y un desarrollo lánguido, demasiado ocupado en mostrar una idea que pienso que no es la correcta por su tratamiento, y sobre todo (como decía) por su planteamiento inicial. Lo mejor, sin duda, es la cara de James Woods, que uno casi desea que, llegado un punto del metraje, introduzca una mano en su abdomen vaginado y saque una pistola con la que ahorrarle el suicidio a sus torpes y (¿vírgenes? venga ya...) criaturitas. Así, al menos, podríamos empezar a hablar de cosas más interesantes...