Estas tres palabras pronunciadas por un cardenal poniéndose "morado" de langostinos resumen a la perfección el mensaje de "Amen", al igual que su título. Mucho rezo por las masacres cometidas por los nazis, pero poco mover un dedo. Un Papa, Pío XII, que no quedará como uno de los mejores al mando de una Iglesia católica más preocupada por sus Pactos y alianzas de poder, que por denunciar al mundo el horror impuesto por Hitler y Stalin.
La película está bien realizada, pero se hace demasiado larga y monótona por tratar siempre el tema político. No obstante, las interpretaciones de Tukur y Kassovitz son magníficas, así como el enigmático "doctor" (¿Mengele?), el cual se hace realmente odioso gracias al trabajo de Ulrich Mühe. Otro aspecto a destacar de la cinta es que transmite con gran veracidad el modo de pensar de las SS, el adoctrinamiento que inculca al pueblo alemán para convertirlos en sus fanáticos, e incluso la perversa influencia que ejercen sobre los niños arios (el enunciado del problema que resuelve la hija de Gerstein es un clarísimo ejemplo).
Costa Gavras consigue, sin mostrar apenas imágenes crudas, que sintamos el horror nazi en nuestra propia carne.