Esta versión del clásico de Alejandro Dumas tiene su mayor acierto en la fidelidad de la adaptación del libro, a excepción de ciertas escenas cambiadas de ubicación con respecto a la novela y la desaparición de algunos personajes que no hubieran propiciado más que confusión al espectador. Por ello, esta decisión del director George Sydney es incluso respetable, aunque no lo es tanto el haber elegido a Gene Kelly para interpretar a D'Artagnan. Más que un Errol Flynn (por mucho que hayan querido caracterizarlo), sobreactúa demasiado y en ocasiones hasta de forma maniquea, si bien las secuencias de aventura y esgrima están coreografiadas de manera espléndida al ritmo de la música de Tchaikovsky.
Mención especial para Vincent Price como el Cardenal Richelieu y, sobre todo, para la rubia peligrosísima, pérfida y manipuladora Milady de Winter, interpretada por Lana Turner.