Por lo general, los vampiros suelen comportarse como depredadores que carecen de reparos morales, pero en este caso nos encontramos con un vampiro que recurre a donaciones de sangre para evitar morder a la gente.

El capítulo está encuadrado dentro del subgénero de la comedia de terror, con mucho más humor que terror.

El peluquín que le han puesto a McDowell para hacerle parecer más joven queda un poco ridículo y en algunas escenas se nota mucho que es falso. Por suerte, McDowell es un gran actor, aunque con una trayectoria irregular, que siempre aporta un especial carisma a sus papeles.

A los que busquen una divertida historia de vampiros bastante original no quedarán decepcionados.