En 2012 un joven suizo Joel Dicker saltó a la fama como escritor con un best seller que primero en Francia, luego mundial ha acabado siendo traducido a 40 idiomas. Una novela en francés con un conocimiento de la América profunda que ha tenido la enorme fortuna de no caer en las manos de los productores de hollywood clásicos que hubieran escogido para protagonizarla a sus estrellas consagradas y protegidas.
Y todo ha sido un acierto empezando por su director y mayor responsable, Jean Jacques Annaud que ya septuagenario se mantiene con la misma calidad que en sus obras maestras anteriores.
El guión era difícil para adaptar una obra que constantemente se desarrolla en dos tiempos bien diferenciados por 33 años de distancia. Creo que el guión es un acierto total, mantiene el ritmo y los tiempos, aunque como todas las series tiene repeticiones, aquí son casi necesarias para la total compresión de todas las complicaciones que al final encajan como las piezas de un puzle.
Y los actores, ninguna figura estelar, pero todos perfectos en sus cometidos. Aunque me gustaría citar a Kristine Froseth, modelo y actriz noruega, que nos sorprende en el complicado papel de Nola, a veces encantadora, a veces todo lo contrario. Espero que pronto la volveremos a ver en otros filmes.
En resumen una de las mejores series y además breve.