Ya han pasado...¿cuanto?, ¿20 años?, desde que Sam Raimi nos ofreciera posiblemente el mejor spiderman del cine. Aquella película tenía una personalidad adecuada al super-héroe, y ahora, llega la Marvel y nos ofrece esto. Un spiderman que más que un héroe parece un payaso dando brincos.
Un spiderman muy descafeinado al que tratan de pintar como a un chaval estúpido que solo busca demostrar lo bueno que es y unirse a los vengadores, para desgracia nuestra, porque Peter Parker siempre fue más listo que eso.
¿Qué pasa con esos problemas internos que tiene siempre?; ¿qué ocurre con un gran poder conlleva una gran responsabilidad?, pues nada, porque en esta película lo ignoran. Porque se han molestado en hacer una película más destinada a adolescentes con las hormonas revoloteadas que en mostrarnos un Peter Parker más inteligente que la mayoría y que sabía que su poder era algo más que querer ser un héroe.
Y luego tenemos el traje de stark, ¿en serio?, ¿qué mierdas hace ese hombre que con su super tecnología no arregla el mundo?, un traje que hace literalmente de todo.
Con tal tamaño de absurdeces me siento decepcionado con esta nueva imagen que nos dan de spiderman.
Resulta entretenida pero si les gusta spiderman, el de verdad, este les parecerá un payaso.