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España España · Barcelona
Voto de Rómulo:
8
Drama Narra la historia de una complicada familia. A-Ho, el hijo más joven, siempre ha sido un chico problemático, acabando finalmente en la cárcel, y por ello su padre, A-Wen, ha puesto todas sus esperanzas y expectativas en su introvertido hijo mayor, A-Hao.
11 de julio de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El sol que abrasa - A sun

“A veces parecía que le daba todo lo bueno a los demás y olvidaba guardar algo bueno para él.” 

El Director taiwanés Chung Mong-hong es el autor de una auténtica joya, una delicada obra de orfebrería, construida con la paciencia, precisión y sensibilidad de un sabio artesano.
Filmada en su totalidad en la ciudad de Taipei, “El sol que abrasa” emociona, duele, conmueve y sumerge al espectador en la oscuridad de una intrincada selva en la que la luz del sol apenas se filtra entre las pequeñas rendijas del tupido ramaje.
A pesar de su larga duración -dos horas 40 min-, el relato de Mong-hong nunca desfallece o se desploma en tediosos intervalos. Al contrario, a medida que la historia avanza, la expectación y el interés planean en un continuo crescendo. Entre otras cosas, porque la película está sustendada en un guion que es un prodigio de equilibrio descriptivo.
Es sorprendente el absoluto dominio del tempo narrativo y la habilidad con la que el taiwanés nos atrapa y mantiene sobre ascuas durante todo el metraje. Y aunque la primera escena resulte impactante y de una descarnada brutalidad, Mong-hong se las ingenia en adelante para suavizar tan atroz comienzo y encarrilar el guion por vías menos violentas, sin abandonar la asfixiante atmósfera que envuelve este doloroso drama familiar.
La lucidez de nuestro director resuelve con increíble pericia un guion en el que no resultaría difícil enredarse por su evidente complejidad. Una notable cantidad de personajes, todos ellos necesarios e imprescindibles, modélicamente perfilados, interactúan, aparecen y desaparecen, sin que el espectador pierda el hilo de la narración. Todo, finalmente, resulta diáfano, meridianamente claro, coherente, las piezas encajan a la perfección y todo fluye con naturalidad gracias al talento de Mong-hong que conoce cada secreto de su oficio.
Banda sonora, encuadres, asombrosas tomas cenitales, extraordinaria fotografía y unas espectaculares vistas de Taipei, ciudad de grandes contrastes cuya lacerante desiguadad se revela con hiriente crudeza en la fisonomía de cada barrio, completan una crónica desoladora de extraordinaria fuerza y poder.
Y siguiendo mi costumbre, no voy a revelar aquí lo que ustedes, mis improbables lectores, descubrirán si deciden navegar por las peligrosas corrientes de este caudaloso río. No desaprovechen la oportunidad que la plataforma Netflix brinda a todos aquellos suscriptores que deseen disfrutar con un espectáculo cinematográfico de cinco estrellas.

Emilio Castelló Barreneche
Rómulo
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