Catalina II de Rusia, conocida como Catalina la Grande, la emperatriz longeva que duró 34 años en el trono, tras derrocar a su marido el lunático Pedro III de Rusia, la mujer que se puso un vestido rosa y gritó ¡Revolución! con el rostro de Elle Fanning.

Es una serie bizarra, absolutamente desorbitada en todos los sentidos, donde lo hilarante se mezcla con lo real, lo práctico con lo terrible formando un todo armoniosamente envuelto en la potente química de Nicholas Hoult como marido de Catalina, haciéndonos adictos a sus escenas juntos, tanto, que cuando la serie deviene con otras tramas políticas estamos deseando que pasen para ver a esos dos de nuevo.

Por ver el odio que se tienen traducido en risas y bromas fáciles, donde un limón es el gran obstáculo entre ambos mientras las momias que pueblan todo el palacio, los antepasados de Pedro observan silenciosos todo en intríngulis que allí se cuece.
Es esta corte de Catalina, el País de las Maravillas, y ella Alicia, donde todo está al revés, es terrible, los gatos vuelan, los pájaros hablan y los osos son las mascotas preferidas mientras el rey solo piensa en su reina.
Con temas como la maternidad, la infidelidad, la amistad, el amor, o la guerra vamos desgranando la verdadera personalidad de la multifacética Catalina, quien se va adaptando hasta lograr pasar de niñata repelente a diosa del amor y la fortuna que conoce el ambiente palaciego mejor que su marido, en un derroche de vestuario, de lujos, de pieles y de joyas a la mejor Maria Antonieta de Coppola, soñando con alcanzar el poder por ella misma.

Nicholas Hoult está absolutamente delicioso como el lujurioso Nerón ruso que se califica como el mejor emperador de toda la historia, mientras tan solo piensa en cómo darle uso al instrumento real agitándose de un lado al otro.

Las dosis de realidad se pierden en el tono cómico y desenfadado de la serie, que contará con bromas terribles y prácticas aún mas, pero que abordarán verdaderos problemas como la peste de la viruela o la alianza de Rusia con otros países, en las que Elle Fanning brillará con luz propia.

La primera temporada, fuente de grandes risas y exageradas situaciones por parte de los emperadores y el resto de sus compañeros como Leo, el amante de la reina, o el amigo airado del emperador, Giorg, del que le roba a su mujer irán mostrando el gran amor de uno por su propia esposa, y escondiendo una traición por parte de la otra.

La temporada 2 será grandiosa, todo el amor de Hoult contra el sentido práctico de Fanning, quien ve en él poco más que una caricatura de su propia corte, en una Rusia que la necesita a ella como líder para avanzar, para atraer esos avances de Europa que curiosamente también el último zar Nicolás II, ejecutado en la revolución se negaba a traer.

En su corazón alemán Catalina la Grande irá siendo más y más grande, mientras su marido empequeñece como figura histórica, pero no en la pantalla, tanto, que juntos son uno solo, el alma de este show, y separados, no sabrán vivir, como tampoco nosotros.

Vestuario de primera, dosis de sexo en demasía, amor en estado no-correspondido, y más mucho más, en esta sátira brillante que tiene todo el destello sinvergüenza de "Harlots" en sus escenas íntimas y la proyección moderna de María Antonieta de Coppola antes mencionada sobre esta Rusia que se cae a trozos por culpa de Hoult, más pervertido y pesado que nunca como zar.