Ava es una agente del gobierno con un pasado desgarrador que hace misiones a encargo.

La sinopsis general te pone ya en alerta de lo que te encontrarás, es una de las mejores pelis de Jessica Chastain, o por lo menos de las que más entretiene.
Quizá no haya ganado su Oscar de la Academia con esta película, pero realmente es una película que consta de partes interesantes.

Jessica Chastain logra retratar con fidelidad los puntos fuertes y débiles de una agente casi reclutada a la fuerza, con una interpretación dramática y desoladora que no deja espacio para el romance, sino que intercala el drama con la acción de una forma consecutiva. Cuando hay desgarro emocional, hay pelea.

Para defender la integridad que queda, la profesionalidad, o tal vez la poca humanidad que ella puede darle a sus objetivos, causa principal de su caída a los ojos de Simon (Colin Farrell), el otro implacable asesino que pretende llevar el liderazgo deponiendo así a su maestro, Duke (John Malkovich).

Con su familia como trasfondo y símbolo de una humanidad reintegrada, Ava se opondrá a todo aquel que pretenda cancelarla.

Película en la que ni un ápice de empoderamiento ha acudido a mi mente, por más que la superioridad femenina sea retratada, por lo que vi, tan solo cuenta la historia de una mujer contra un sistema.

Las actuaciones son muy buenas, Farrell hace agente egoísta, fuerte, con cierta superioridad escondida en su pecho, y Malkovich integra la verdadera única familia de Chastain.
Esta además de protagonizar la cinta es su productora.

Pues en forma como nunca, la película viene pidiendo una segunda parte, ojalá la ruede Chastain, y sirva así para regalarnos otras dos horas de acción de esas que parecen que ya no se ruedan.

Es una película bienvenida como sostengo en el título porque no parece rodada hace un año.