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España España · Salamanca
Voto de Polikarpov:
3
Intriga. Drama Jack (George Clooney) es un mercenario solitario, un asesino a sueldo con un gran talento para el crimen. Sin embargo, tras un problema al ejecutar un trabajo en Suecia, se refugia en un pueblecito italiano, donde decide realizar una última misión por encargo de una mujer: la fabricación de un arma. Su intención es retirarse después. Mientras la fabrica, traba amistad con el cura del pueblo (Paolo Bonacelli) y comienza a intimar con ... [+]
19 de septiembre de 2010
12 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Asesino. Curiosa profesión. Y (¿por qué no decirlo?) Apasionante. Viajas. Ganas una pasta. Conoces tías buenísimas. Haces algún amiguete más o menos campechano. Te mantienes en forma. Siempre estás alerta. Tienes subidones de tensión que te ponen de adrenalina hasta las orejas. Matas pero, ¡qué carajo! ¿acaso no somos demasiados? Eres muy listo, puede que hasta culto. Tienes los nervios de acero. Estás muy solo. Estás cansado. Incluso harto. Pero está prohibido descansar. Relajarse supone la muerte.

- Está usted en el infierno, te dice el cura.

Y sabes que es verdad.

A primera vista, lo que diferencia a “El americano” de la mayoría (mayoría no significa todas) de las películas con matador como personaje central está en lo esquemática que es, en lo referente a los encargos que el tipo tiene entre manos.

Sencillamente no nos los explican porque no interesan.

Lo que sí parece interesar es la cotidianeidad del personaje, con sus problemas existenciales: soledad, tensión, habilidad (inteligencia), afectividad. Peligroso terreno. Delicado, si no te andas con pies de plomo. Y Corbijn se resbala una y otra vez. Su cámara no penetra el laberinto interno de Jack y se nos atasca en el rostro del bueno de Clooney, que mira a un lado y a otro, va de acá para allá un tanto inexpresivo, un tanto despistado, como si no supiera a qué carta quedarse.

Pero bueno, la película va transcurriendo desde la salvaje naturaleza sueca hasta los pintorescos paisajes italianos, desde la increíble grupa de Mathilde (Thekla Reuten) caminando por el campo, hasta las turgentes ubres de Clara (Violante Placido) bañándose en el río, con alguna metedura de pata (la secuencia de la Vespa no hay quién se la trague) y el espectador… pues eso; se mantiene expectante a ver qué pasa

Y pasa. Vaya si pasa. Pasa que en los últimos 10 minutos se nos vienen abajo todos los palos del sombrajo (que, eso sí, ya andaban en precario equilibrio) y Cobijn, no sé si a merced del guión o con prisas por terminar da, sin previo aviso, un giro de 180º y nos zarandea con breves secuencias de duelo westerniano, mientras nos precipita por el barranco del melodrama sentimental italiano para, en los últimos segundos, despeñarnos definitivamente por el abismo de la telenovela más casposa, aterrizando en un final patético.

Eso sí; todo tiene un nostálgico saborcillo a pelis americanas, francesas e italianas de finales de los 60-principios de los 70.

En resumen: pasas por multitud de sensaciones. AVISO 1: te puedes aburrir un poco. AVISO 2: el final es de traca y puedes llegar a sentir vergüenza ajena.
Polikarpov
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