Qué caprichosa es la vida, el otro día estaba comiendo un cachopo de cecina y queso de cabra y ahora estoy cenando albóndigas de lata.

Así se debió de sentir Mel al recordar su discurso en Braveheart mientras veía cantar un villancico a Will Ferrell y John Cena. No te preocupes Mel, solo así se aprecia lo bueno. Además no todo es tan malo, estás con otro ferviente católico como Wahlberg, con un par de simpáticos como Ferrell y Litghow, paseas por la nieve, vas a la bolera, pones un gran árbol de Navidad... y a mí me has hecho pasar una tarde de domingo entretenida.