"Sentencia de muerte" no le debe su (discreto) potencial a la parte inicial de su historia ni mucho menos. La primera media hora se mueve en terrenos tediosos y aburridos que pueden tener nefastas consecuencias para el espectador. A pesar de ello, y ayudada por unas más que correctas interpretaciones de su interesante triángulo protagonista (Nielsen, Quinn y Preston), la película sabe remontar esos primeros compases y se acaba sumergiendo en una interesante trama que, sin ser adictiva, consigue entretener y renacer en el espectador el interés perdido en su arranque. Nos encontramos ante una cinta que va claramente de menos a más y que narra la historia de un hombre que se gana la vida publicando las correspondencias que mantiene con los sentenciados a muerte. En su último caso, el intercambio de cartas se lleva a cabo con una atractiva mujer (Connie Nielsen) completamente sentenciada y a la que le quedan pocas horas de vida. El previsible enamoramiento de la pareja se complementa con la investigación que lleva a cabo Quinn (ayudado por la también atractiva y eficiente Kelly Preston, la abogada defensora de Nielsen) al ir detectando que ciertas piezas no encajan en el puzzle que supone el proceso por el cual la bella Charlotte es condenada a la pena de muerte. Esas piezas que Preston y, sobretodo, Quinn irán encajando dibuja un interesante escenario donde el misterio y la trama alcanzan sus cotas más altas y sustituyen definitivamente los soporíferos minutos iniciales.
Finalmente nos encontramos con un producto más que decente que si bien es cierto no aporta gran cosa al género si consigue entretener con una trama bastante lograda y un tramo final de película más que convincente.

LO MEJOR: La ambigüedad del papel interpretado por Connie Nielsen; la sobriedad de Aidan Quinn; el tramo final de la película.

LO PEOR: Su tramo inicial se constituye como una introducción poco satisfactoria y bastante desaprovechada.