Uno de los problemas del cine asiático es la gran sensación de tristeza que tienen. Es decir: siempre las tragedias son fuertes desde un comienzo y todavía siguen creciendo y siendo cada vez más extremas a lo largo de todo el film. Entonces, uno sabe que lo que comienza mal va a terminar peor. Y la verdad, que después de ver dos o tres filmes, ya es algo bastante malo, son los clichés, tipo la acción desmesurada hollywoodense. En fin, esto es bastante molesto.

Pero, justamente esta película tiene algo más que la complementa. Es así, aburridamente triste, pero, y espero no molestar a nadie con esto, es feliz, de muchas maneras. Y es esa felicidad la que le da un toque muy especial. Es algo obvio que la película tiene una profundidad metafísica y sentimientos increíbles, si es que han leído alguna de las otras críticas, pero es bueno acentuarlo una vez más, ya que la película es casi única por la manera en que trata esa profundidad.

Le doy 7 puntos (buena), porque me parece tiene esas cosas que están de más, esos clichés que anteriormente nombré; si no, sería una de las mejores peliculas que he visto, pero bueno, es altamente recomendable para amantes o no del cine asiático. Pasen y vean.