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Voto de Estanis Bañuelos:
9
Terror. Drama. Fantástico. Romance Oskar, un tímido niño de doce años, que es acosado en el colegio por sus compañeros, se hace amigo de Eli, una misteriosa vecina de su edad, cuya llegada al barrio coincide con una serie de inexplicables muertes. A pesar de que Oskar sospecha que Eli es un vampiro, intenta que su amistad esté por encima de su miedo. (FILMAFFINITY)
11 de octubre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La premiada película en los festivales del género fantástico del director sueco Tomas Alfredson a diferencia de otras películas del género, destaca sobretodo, por su realismo. Durante la primera media hora de esta película de vampiros mal encasillada, ya que lo que menos importa es lo que pueden ser, nos seduce con su narración pausada y su humor sarcástico.

Con su aliento, su vitalidad, su belleza nórdica, su iniquidad y su ternura, Déjame entrar, es un film donde todo lo que se ve en pantalla es sutil, revelador. La ausencia, creada con un hábil juego de manos del director, incita a querer saber que pasa cuando sólo transcurre el propio suspense de la historia. Como ya hizo Kieslowski en No matarás, la ocultación es la trama o el sistema del relato. Este esquema anida las lágrimas de unos personajes hundidos en la soledad, en un mundo donde reina la noche y tan sólo sabes lo que muestran sus caras.

Afinada en esa clave nórdica, abstracta, dificil de comprender, Déjame entrar, va abriendo lecturas y camina hacia una luz, que poco a poco se trasforma en una huida, en busca de la libertad. Explica desde un punto de vista con sinceridad como es el de un niño, el maltrato y el abuso en la escuela frente al poco apoyo de una familia desestructurada. El niño parece inocente, sin embargo no es idiota, y como todos, puede sacar el amor propio y la fuerza simplemente al verse apoyado por una niña que todavía no conoce muy bien, pero que no obstante, le muestra apoyo, sinceridad y ternura. Esa niña vampiresa, que te hace olvidar lo que es, es capaz de mezclar en la historia drama, amor y terror, y te muestra la cara más dulce de la incomprensión. No son los efectos especiales lo que nos impacta, sinó es la sintezización en el comportamiento de los niños de maldad y ternura, mediante la simplicidad y los planos estáticos que la producen, como el ensordecedor final en la piscina, la despedida entre la niña y su protector y las conversaciones en la nieve entre los dos niños.

Sorprende entonces la delicadeza con la que la película transurre en el naturalismo de un relato que engloba los mecanismos del cine de terror y los códigos del cine social y del drama familiar a través de un amor preadolescente, que provoca que sientas afecto y miedo al mismo tiempo. Una mezcla de sentimientos y de géneros muy satisfactoria.
Estanis Bañuelos
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