Hace poco escribí una crítica haciendo mención a lo trilladísimo que está últimamente el género de la comedia romántica. Mucha culpa de ello la tiene la industria hollywoodiense que lleva muchos años seguidos dedicándose a saturarnos en los cines, una vez sí y otra también, con incontables producciones insulsas que buscan únicamente hacer caja. Prácticamente lo mismo podríamos decir del género de terror porque la gran mayoría de las películas suelen ser con las mismas historias previsibles por guión, con los mismos sustos baratos a base de subir el volumen o la música, con las mismas vueltas de tuerca inverosímiles, etc. Y eso sin contar con las secuelas, precuelas y remakes donde de igual modo suelen exprimir al máximo la figura del psicópata de turno que va acechando a las víctimas y se las va cargando una a una. Todo esto lo digo porque soy el primero que no tengo por costumbre asomarme asiduamente a las películas de terror, ya que las tengo más vistas que el TBO, pero si algo puedo decirte con seguridad sobre “Severance” es que no es una película de terror normal y corriente (y ojo que con esto no estoy diciendo que no te vayas a encontrar con nada de lo que he mencionado anteriormente, pero al menos es una producción distinta y algo más fresca que las manidas cintas de terror actuales).

Centrándome en el filme que nos atañe, lo primero que destacaría es su curiosa y efectiva mezcla de géneros. Esta cinta es un cóctel de terror, parodia, suspense y humor negro (por raro que pueda parecer lo cierto es que funciona bastante bien la mayor parte del tiempo). Sin duda, una de las razones de que esta extraña simbiosis llegue a buen puerto es la mezcla inteligente de dichos géneros (sobre todo a la hora de meter los gags paródicos sobre las películas de terror, ya que lo hacen sin caer nunca en lo chabacano o lo estúpido). Si a esto añadimos que la historia también tiene sus dosis de tensión, sus escenas de acción bien filmadas y unas interpretaciones más que correctas en líneas generales, entonces el resultado no puede ser otro que una película interesante, entretenida y que te hace pasar un buen rato.

Por esta vez no voy a hacer mucho hincapié en las pegas que tiene la cinta, sólo voy a mencionar de pasada que las más importantes serían lo estereotipado que resultan los personajes en sus roles y lo surrealista que llega a ser alguna que otra escena (aunque lo cierto es que desde que vi “Ovejas asesinas”, película que por cierto también os recomiendo, lo surrealista que pueda resultar cualquier escena de cualquier película no es más que peccata minuta a su lado).

Y poco más voy a añadir, únicamente decir que esta no es una gran película, ni siquiera una buena película, pero sí un digno entretenimiento (sobre todo si tenemos en cuenta que últimamente abundan las películas de terror con las que se te saltan las lágrimas de la risa… y ya se sabe lo que eso significa.