“Náufrago” es una película tan triste como preciosa al mismo tiempo. Me ha encantado y tengo que reconocer que no me esperaba ni de coña un producto de tanta calidad. De entrada, quiero decir que Tom Hanks es un actorazo como la copa de un pino. No voy a descubrir la pólvora haciendo esta afirmación, pero tenía que decirlo, ya que este hombre hace una y otra vez actuaciones de “Oscar” con una facilidad pasmosa. No era un papel fácil, ni mucho menos, porque sobre él recae en exclusiva el peso del filme. Prácticamente, es el único actor que ves en la pantalla durante casi dos horas, y no sólo no te aburre sino que te deja clavado en el sillón, te deja embobado mirando a la caja tonta sin pestañear.

Cuando piensas en el argumento del filme, antes de verla, te dices a ti mismo que una cinta sobre un hombre que sufre un accidente aéreo y que queda varado en una isla desierta no da para mucho más, piensas que el personaje de Robinson Crusoe ya ha dado al cine todo lo bueno que tenía que dar un guión de ese estilo… pues te aseguro que te equivocarás de pleno, vaya. No voy a desmerecer el aspecto técnico u otras cuestiones que son también muy buenas, pero el mérito del éxito de esta cinta es sin duda el papelón de Tom Hanks.

Exceptuando los minutos del principio y del final de la historia, que tienen un pulso narrativo algo lento, el resto es sensacional, el resto es cine de muchos quilates. Es una historia dramática y cautivadora sobre la supervivencia, la soledad, el amor y la esperanza. Y quiero hacer un inciso para decir que no se trata de una propuesta comercial, esto lo quiero dejar bien claro. Aquí el escenario es una playa de una isla desierta, las olas del mar, la lluvia y el silencio de la soledad. No sé cómo alguien puede decir que “Náufrago” es una cinta comercial, vamos.

Mención aparte merece el personaje de Wilson (me pongo en pie). Puede que sea una simple pelota, pero Tom Hanks hace que esté viva, que sea un personaje más de la historia. Es sin lugar a dudas uno de los mejores inventos de la historia del cine. Y, además, no exagero ni un ápice al decir que Wilson (me pongo de nuevo en pie) es el protagonista de una de las mejores escenas que he visto en toda mi vida. Esa escena cuando Tom Hanks pierde a su “compañero” en la inmensidad del océano, es lo más emotivo y conmovedor que he visto en muchísimos años.