En términos estrictamente líricos y de música, es una de las mejores canciones de Billie Eilish, tal vez su más madura y una de las mejores canciones de 007. Tal vez sea la tercera mejor de la etapa Craig -o casi la segunda- tras las muy empatadas en calidad e iconicidad "You Know My Name" de Chris Cornell ("Casino Royale") y "Skyfall" de Adele ("Skyfall"). Sin embargo, lo que significa esta canción en los tiempos que corren (con la película y otros estrenos exiliados a 2021 y poniendo en serio peligro de muerte las salas de cine) trasciende todo lo que tal vez hasta su propia autora podría haberse imaginado a inicios de año cuando la escribió e interpretó. La canción habla de la traición, el desamor, la resignación y la determinación. Temas claves en un 2020 marcado por la culminación del Brexit y el COVID-19. Y es que si bien la era Craig pasará a la historia no sólo como la más interesante de toda la saga Bond, sino como una era hija de su tiempo que radiografía las inquietudes sociales y el desencantamiento progresivo de su protagonista, este tema musical quedará para el recuerdo no sólo como una celebración de una película que pinta épica, sino como una radiografía a este histórico y mortal año. James Bond volverá, sí, pero no podrá salvarnos del Brexit ni de las repercusiones del coronavirus. No es tiempo de morir, pero sí de inquietarse y de desencantarse.