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Voto de Kyrios:
7
Comedia Para poder estar con su amante, la madre de Zazie la manda a París, a casa de unos familiares. Pero la niña, que tiene doce años, se escapa para recorrer París y conocer lugares y gentes nuevas. (FILMAFFINITY)
4 de diciembre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Delirante, jovial, surrealista, abigarrada, estilizada, excesiva, informal…Si la lista es amplia es porque es imposible definir Zazie dans le Metro (Zazie en el Metro, 1959) con una sola palabra. La película la dirige el incombustible cineasta francés, Louis Malle. Viendo las fechas en las que se realizó la película y teniendo en cuenta la nacionalidad de esta, uno podría caer en el error de clasificarla dentro del movimiento de la Nouvelle Vague, algo que sería un tanto inexacto, pues el cineasta Louis Malle no tuvo un contacto tan directo dentro de dicho grupo, ni en su trayectoria cinematográfica encontramos una serie de características totalmente comunas a la de otros cineastas que si tenían consciencia de formar un grupo propio, como Jean-Luc Godard, François Truffaut, Claude Chabrol, Jacques Rivette…La película adapta la novela de Raymond Queneau, de título homónimo y que fue un éxito literario[1]

Sí, al igual que Les 400 Coups (Los 400 Golpes, 1959) de François Truffaut, Zazie en el Metro también homenajea a la ciudad de París. De hecho, casi todo el metraje del filme es un absoluto homenaje a la ciudad, no sólo las memorables secuencias que nos muestran la subida de nuestros personajes a lo alto de la torre Eiffel (la película de Truffaut se iniciaba también con imágenes de dicho monumento) sino toda la ubicación donde transcurre el filme. La película gira en torno a una pequeña niña interpretada por Catherine Domingeot, quien llega a París desde una estación de metro, para visitar a su tío,un burgués de finísimos modales, interpretado por Phillipe Noiret, quien le enseñará la ciudad.

La película podría definirse como un experimento Pop. Mismo experimento que poco tiempo después se encargaría de dirigir en Gran Bretaña, con A Hard Day’s Night (¡Que noche la de aquel día!, 1964) y Help! (¡Socorro!, 1965) el cineasta Richard Lester, en las célebres películas que tenían a los Beatles como protagonistas. Sin embargo, mientras que en las películas del cuarteto de Liverpool existía una presentación, nudo y desenlace, aunque difuminados, en Zazie en el Metro, las barreras del espacio y del tiempo parecen disolverse completamente. En la película de Malle sólo existe una línea, y es la que escribe a cada segundo (es importante recalcar el canto al presente que realiza el filme, un carpe diem cinematográfico en toda regla) la pequeña Zazie.

La realidad es que la pequeña Zazie nos presenta un mundo absolutamente surrealista y delirante, que parece sacado de una serie de dibujos animados. La película va, tanto formalmente como en su argumento, unos cuantos pasos más allá que las películas que haría Lester. Esto provoca que el filme no sea posible comprenderlo mediante la razón, sino que si el espectador desea disfrutar de la película deberá abandonar cualquier esperanza de poder abordar la película mediante un pensamiento convencional. Formalmente la película recurre a una enorme galería de recursos que ayudan a romper con el relato clásico. Cámaras rápidas, que no tienen por qué tener una justificación especifica por parte de Malle, sino que muchas veces son utilizadas por el director con una pura componente lúdica detrás (no es posible entender Zazie en el Metro sin comprender que el director se lo pasó realmente bien dirigiéndola). Una fotografía en color, que firma Henri Reichi, que satura completamente los colores, creando una estética llena de colores vivos y llamativos. Utilización de sonidos y ruidos que incluso juegan con el propio lenguaje creando en muchas ocasiones un discurso auditivo incomprensible…

La película es un completo canto a la jovialidad. No sólo por el mero hecho de que se trata de una película cómica, sino porque Louis Malle imprime un tono al filme en el que impera una oda hacia la vida, a pesar de que para ello el autor retrata y parodia el modo de vida contemporáneo. La vida entera, la vida moderna, es una gran parodia en sí misma, y lo que hace Malle es recoger estos fragmentos urbanos, que se encuentran dispersos, para unirlos y realizar un brillante retablo. Desde el estresante modo de vida contemporáneo (los numerosos atascos en la ciudad) que parece conjugado con el ritmo del montaje hipersincopado de la película, hasta la definición de algunos estamentos de la sociedad como las altas clases (nuestro tío rico que no deja de ser un Snob cuyos modales son parodiados hasta la extenuación, como por ejemplo el inicio de la película), la policía o las clases medias en general. El cineasta utiliza el Slapstick, el gag clásico que podemos encontrar en las películas de Chaplin o Keaton, para adaptarlo a las necesidades de una sociedad contemporánea[2]

La película utiliza una banda sonora compuesta por diversos temas, especialmente música Pop y un Jazz ligero, que ayudan a darle esencia a la película.

[1] Richard Ivan Jobs, Riding the new wave : youth and the rejuvenation of France after the Second World War, Ed. Stanford University Press, Stranford 2007,pp.272

[2] François Penz,Andong Lu, Urban Cinematics: Understanding Urban Phenomena Through the Moving Image, Ed.University of Chicago press, Bristol 2011,pp.35

http://neokunst.wordpress.com/2014/12/04/zazie-en-el-metro-1959/
Kyrios
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