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Voto de Kyrios:
6
Drama Bob Roberts, un cantante folk, anuncia su candidatura al Senado de los Estados Unidos por el estado de Pennsylvania. La campaña electoral resulta ser una trama con fines económicos, racistas y militares. Un humilde periodista revela la verdadera personalidad e ideas del candidato y de sus colaboradores. (FILMAFFINITY)
14 de octubre de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bob Roberts (Ciudadano Bob Roberts, 1992) es desgraciadamente un intento fallido de realizar un filme político que pretende parodiar al partido republicano norteamericano (Véase a que no me atrevo a decir que la película parodia el sistema política norteamericano). Y digo desgraciadamente, porque pese a que la película que dirige Tim Robbins tiene aciertos muy interesantes (desde su creación mediante un original formato pasando por el ácido humor que destila) peca de maniquea de manera casi constante. En cierto sentido, Bob Roberts anticipa los documentales de Michael Moore, obras que toman un punto de vista partidista y a pesar de que atacan con crudeza al gobierno dominante, en realidad no cuestionan el establishment.

Y es que la película realiza una visión de la política norteamericana que la divide tendenciosamente en dos bloques totalmente diferenciados. El objetivo a criticar es el partido republicano, como veremos más adelante, sus miembros (incluidos votantes) aparecen representados como monstruos sacados del averno (que quizá al director no le falta razón en muchos aspectos, pero la brocha gorda nunca fue una buena ayudante en el género del retrato) mientras que el partido demócrata son unos líderes profesionales que siempre aciertan en sus declaraciones. La concepción tan maniqueista del filme resulta totalmente nauseabunda (¿Recuerdan el gag de los Simpsons entre Kodos y Kang?) e imposible de soportar para cualquiera que racionalice un mínimo la película.

Bob Roberts es una propuesta singular, eso sin duda. La película es una de las primeras en utilizar un formato poco frecuente en los años noventa como era el falso documental (un cámara de un reportero se adentra en la campaña del senador, contándonos los entresijos del partido). La película la dirige Tim Robbins, quien ya era conocido en Hollywood por su faceta interpretativa, y al filme se unen muchos de sus amigos actores, quienes aparecen en la película (supuso el debut de Jack Black) en pequeños papeles o incluso cameos. El propio Robbins interpreta al personaje principal, un cantante de Folk conservador (Algo con la que la película jugará constantemente, explotando el curioso caso de un artista que tiene claros paralelismos con Bob Dylan o Woody Guthrie) que se presenta como candidato del partido republicano para senador en el estado de Pennsylvania.

La película aprovecha estas circunstancias para retratar de manera muy ácida los tópicos y clichés sobre el modus vivendi del partido republicano norteamericano. Por ello, tenemos un retrato muy negro sobre nuestro candidato, que a cada paso demuestra sus ideas reaccionarias. Bob Roberts juega con un humor muy singular, capaz de crear situaciones paradójicas. A pesar de que lo que plantea la película resulta absurdo en muchos de sus casos (los conciertos de Folk en medio de la campaña, la reacción de los partidarios de Roberts que actúan como si fueran gruppies de un grupo de rock) el mundo de Bob Roberts se sostiene en una especie de telaraña invisible. El hombre hecho a sí mismo, así como el sueño americano, quedan totalmente ridiculizados en la mejor faceta de la película, que es la de romper estos mantras intocables que forman parte del pensamiento global del ciudadano norteamericano medio, con su inteligente sentido del humor. Por otra parte, también resulta bastante conseguida la parte del periodista que intenta desmantelar la mentira que supone Bob Roberts, y que sin embargo, acaba en un trágico final. Final que acabará convirtiendo a nuestro senador en un mártir nacional.

Porque a pesar de que el espectador se encuentra completamente anonadado ante lo que está viendo, la película responde creando una realidad paralela que nos deja fuera de sitio. La sonrisa de nuestro senador nos deslumbra, creando una vorágine de locura que parece igualmente verídica.

Otro tanto son las canciones Folk que crean un punto aparte en la descripción de nuestro personaje. Nuestro protagonista, que es cantante de Folk, realiza unas letras que parodian el cliché de que los artistas son generalmente de izquierdas (arquetípico vago donde los haya) con letras que se posicionan en contra de las drogas, del comunismo, y de la juventud rebelde. Una auténtica parodia de artistas como Bob Dylan (al que se caricaturiza con la portada de muchos discos de Bob Roberts que se parecen a los del artista real) y de Woody Guthrie (genial la parodia de la canción de This Land is Your Land, dándole completamente la vuelta al sentido original de la canción).

También resulta destacable la utilización de un formato poco común en aquellos años, como era el Mockumentary o falso documental, y que la película utiliza de manera inteligente para integrar al espectador en un relato de primera mano.

http://neokunst.wordpress.com/2014/10/14/ciudadano-bob-roberts-bob-roberts-1992/
Kyrios
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