Es curioso la animadversión que existe entre españoles y franceses, a diferencia de ellos que odian casi todo lo nuestro, nosotros como personas civilizadas y autores directos de nuestros actos, sabemos valorar cuando algo vale la pena...nos da igual su nacionalidad.

Guillaume Canet nos presenta bajo el telón de No se lo digas a nadie un thriller de mucha calidad, donde desde las primeras imágenes de la peli y sus primeros planos, nos introduce en una historia extraña, alocada, oscura y loca. Donde el protagonista vive un mundo paralelo al suyo, en el cual cree estar volviéndose loco porque todo es muy insólito. Su mujer murió después de ser raptada y apaleada violentamente, hace 8 años. Su suegro fue personalmente a reconocer a dicha señora al depósito de cadáveres y ahora de buenas a primeras...recibe un mensaje en su ordenador de alguien que dice ser su fallecida esposa.

¿Es realmente ella? ¿Se trata de alguna broma macabra? ¿Hay algo detrás de todo esto? ¿Le estará atacando la locura después de 8 años? ¿Fue sincero su suegro con su reconocimiento? Si a todas estas preguntas, le añades que después de tanto tiempo, vuelve a convertirse en el sospechoso número uno para la policía, tu vida da un vuelco total y pasa de ser desgraciada...a una puñetera basura.

Un desarrollo muy logrado, manteniendo el interés, la tensión y unas actuaciones muy coherentes y correctas.

Recomendable para disfrutar de buen cine francés.