Una animación llegada del lejano oriente, si bien con coproducción estadounidense, que aunque no llega a los niveles de la perfección técnica de Pixar o Dream Works, tiene por lo menos una amena historia bien contada y entretenida.

El protagonista es Bodi, un perro que vive en lo alto de la montaña en el Tibet, hijo de un perro pastor de ovejas y cuyo destino parecería estar ya fijado a seguir el camino de su padre, aunque o que a él le gusta es la música.

Una tarde una radio cae del cielo, y Bodi escucha los consejos de su ídolo, el rockero Angus, por lo que Bodi se decidirá a irse de la casa familiar rumbo a la gran ciudad donde espera armar su banda, aunque las cosas no serán tan fáciles como él lo cree.

Si bien la historia es un gran rejunte de tópicos muy vistos y obvios clichés, está contada con tal candidez y buen ritmo que se torna en un ligero entretenimiento que se hace acompañar por un nutrido soundtrack lleno de canciones conocidas.

Aunque la animación no alcanza los niveles de perfección de productos de las grandes compañías como Pixar, el trazo de los personajes es simpático en una historia llena de un humor blanco y familiar.

Una película cumplidora, con algunos personajes entrañables, como el robot del rockero, dan forma a una película sencilla que da lo que promete para pasar un buen rato sin tanto aspaviento.


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