Después de que Ashley Oswalt descuartizara a su familia y desapareciera con Mr. Boggie, una madre y sus hijos mellizos se mudan a la casa donde unos niños poseídos cometieron los asesinatos. Mr. Boogie ha vuelto y acecha a uno de ellos.

Dirigida por Ciaran Foy, quién solo ha dirigido dos producciones, la que nos ocupa y Citadel.

Volvemos a ver Sinister, pero desde otra perspectiva, la de los niños y el acoso por el que pasan para que piensen que deben asesinar a su familia para Mr. Boogie y filmarlo.
La trama la puedo dejar pasar, aunque ya sé todo y no me van a enseñar nada demasiado interesante ni nuevo, pero odio que las normas que nos presentaron en la primera película y en esta se las salten sin más. Por otra parte esta película se dedica más al susto directo, al contrario que la anterior, donde se podían contar con los dedos de una mano.
Sinceramente no consiguen nada decente, los niños no son buenos actores y casi todo el peso recae sobre ellos, haciéndome perder el interés.
Sin embargo lo peor de todo es el final. Si te han ganado te han ganado, no vale volver como si nada por si todo sale bien hacemos otra secuela.

Poco tengo que decir de los actores, el papel de protagonista se lo dejan a un secundario de la película anterior y a un grupo de niños que hacen lo que pueden.

Para esta película, a pesar de no contar con nada más que la anterior (de hecho parece tener menos), costó más del triple que la anterior llegando a los 10 M$ y al cierre recaudó sólo 52 M$. Es decir costó mucho más y recaudó bastante menos que su predecesora, lo normal viendo el bajón de calidad.

Con esta película Sinister vuelve a la senda del terror convencional, al susto fácil, sin interés, sin historia minimamente aceptable ni con buen reparto. No puedo diferenciarla de otras basuras como Annabelle, mi nota es un 3.

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