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España España · Santander
Voto de burton:
10
Drama Oskar Schindler (Liam Neeson), un empresario alemán de gran talento para las relaciones públicas, busca ganarse la simpatía de los nazis de cara a su beneficio personal. Después de la invasión de Polonia por los alemanes en 1939, Schindler consigue, gracias a sus relaciones con los altos jerarcas nazis, la propiedad de una fábrica de Cracovia. Allí emplea a cientos de operarios judíos, cuya explotación le hace prosperar rápidamente, ... [+]
8 de junio de 2006
23 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Spielberg, ese mago de la cámara, diseña una cinta absolutamente necesaria, no sólo como ejercicio de memoria histórica, sino también como un ejercicio de deleite artístico propio de las grandes obras de Hollywood.

En esta ocasión y como si de Rembrandt se tratara sabe destilar maestría absoluta en el claroscuro de cada fotograma, abordando el tema de la mayor verguenza de la humanidad, el holocausto judío.

Pero el acierto de la cinta no sólo está en su impecable, sublime, intachable e innnegable (por obvia) facturación técnica, sino además por el fantástico reparto coral, a base unas MARAVILLOSAS interpretaciones a cargo de Ralph Fiennes como el implacable e inmisericorde delegado nazi en Austchwitz, Amon Goetz, Liam Neeson, interpretando el mesiánico personaje de Oskar Schindler, influyente miembro del partido nazi, y aportando un plus en cuanto a su hondura psicológica, y sobre todo la abrumadora interpretación de Ben Kingsley como Itzhak Stern,el contable judío trabajando para la gloriosa y loable empresa de Oskar.

Con cada una de las apariciones de este trío de protagonistas, la película va adquiriendo más y más conciencia de obra mayor, hasta llegar a la unánime consideración de esta cinta como una obra maestra indiscutible de la cinematografía mundial de todos los tiempos.

Observar los ímprobos esfuerzos de Schindler por salvar vidas humanas, aún a costa de la atenta e incisiva mirada del autocomplaciente y endiosado Goetz, a quien en más de una ocasión disuadirá a base de engordar su rebosante ego, como cuando Schindler le dice: "... el poder es perdonar, no castigar....", y como Goetz posteriormente y frente al espejo ensayará la frase mientras adopta la actitud redentora típica en los cuadros del Greco... Todo muy en la corriente del poderoso claroscuro del barroco, confiriendo una enorme expresividad tenebrista y efectista al conjunto.

Si a ello añadimos una espléndida banda sonora a cargo de un MAGO de este mundo como John Williams, definitivamente concluiremos como iniciamos: OBRA MAESTRA.

"Quien sal va una vida, salva al mundo...".
burton
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