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Voto de oscar_sturm:
4
Drama Al final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Jimmy Picard, un indio Blackfoot que combatió en Francia, ingresa en el hospital militar de Topeka (Kansas), un centro especializado en enfermedades mentales. Picard sufre varios trastornos: vértigo, ceguera temporal, pérdida de audición... Debido a la ausencia de causas fisiológicas, el diagnóstico es esquizofrenia. La dirección del hospital decide, sin embargo, pedir la opinión de un ... [+]
7 de junio de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director Arnaud Desplechin regresa a las pantallas cinco años después de su última película. Lo hace cambiando de continente y dejando el cine francés, en el que ha realizado obras como “Un cuento de Navidad” o “Reyes y reina”, para contar una historia puramente americana. Basada en hechos reales, la película cuenta la relación de un indio (el Jimmy P. que titula la película), excombatiente en la Segunda Guerra Mundial y diagnosticado como esquizofrénico, con un antropólogo francés que decide llevar a cabo una terapia alternativa basada en los preceptos del psicoanálisis.

El tema tratado nos trae a la memoria “Un método peligroso”, en la que David Cronenberg nos contaba la relación entre Freud y Jung, padres del psicoanálisis, a partir de los métodos que este último aplicaba a una paciente con serios trastornos mentales. En la película de Desplechin, sin embargo, los pormenores del tratamiento quedan en un segundo plano para centrarse en la relación médico-paciente de los dos protagonistas, que empieza siendo meramente profesional y termina como una entrañable, aunque previsible, amistad.

Los diálogos entre estos dos personajes son el motor de la película y a través de las preguntas del antropólogo y las respuestas del indio vamos conociendo, a modo de historia de vida, el relato de los acontecimientos que han llevado al protagonista a ser internado en un centro psiquiátrico. Este modo de contar los hechos hace que la película tenga un ambiente teatral, de dos personas conversando sin que suceda mucho más y con pocos cambios de escenario, en el que los múltiples flashbacks que acompañan la narración del protagonista no ayudan a amenizar su relato.

En un film como este contar con actores solventes es fundamental. Desplechin confía los roles protagonistas a Mathieu Amairic y a Benicio del Toro. El primero, que recientemente ha recibido grandes buenas críticas por el alter ego de Polanski que interpretó el “La venus de las pieles”, no consigue ofrecer el carisma que pedía su personaje, que debía funcionar como contrapunto del hierático Jimmy P. Por su parte, Del Toro, que tiene aquí su primer papel protagonista tras unos años sin mucha actividad cinematográfica, lleva el peso de la película y convierte a su sufrido indio en una estatua que parece no entender muy bien que está sucediendo a su alrededor. La trama requería este tipo de interpretación, pero también que debajo de esa calma se pudiera sentir la angustia vital que sufre. El actor puertorriqueño sólo lo consigue a medias, y nos deja con la sensación de que el personaje le queda grande.

Con todos estos elementos, el film se muestra excesivamente plano, pudiendo resultar tedioso en varias ocasiones. Sus casi dos horas de duración pasan sin que el espectador llegue a introducirse en la historia que nos están contando. Es, por tanto, un film fácil de ver, una pequeña historia sin grandes aspavientos. Sin embargo, ya que estamos hablando de una historia de personajes, es exigible que estos muestren unas altas dosis de humanidad, algo de lo cual desgraciadamente carece la película.
oscar_sturm
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