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España España · Coslada (MADRID)
Voto de BAKUNIN:
2
Drama. Intriga. Romance Anna, una rica joven romana, su novio y Claudia, su mejor amiga, se embarcan en un crucero veraniego entre las escarpadas islas sicilianas..(FILMAFFINITY)
2 de septiembre de 2009
31 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
Considerar esta película como obra maestra es como oir decir a un asno que no le gusta el chocolate y que prefiere la paja.

En el cine de Antonioni se habla para no decir nada. Todas esas zarandajas de la incomunicación entre las personas, de la pérdida de libertad, de innovación del lenguaje cinematográfico, son la tapadera que usan sus defensores para encumbrarlo sin merecimiento alguno.

“La aventura” (¡qué desfachatez llamar así a bodrio semejante!) consta de dos partes.

La primera despierta algún interés por la desaparición de Ana, pero salvo el plano de la Vitti abriendo el ventanuco al amanecer (tampoco es para convertirse en onanista incondicional de ese plano) nada sobresale notablemente. Todo son secuencias a base de planos sobre cada uno de los personajes que no paran de dar vueltas por la isla buscando a la imbécil que ha desaparecido.

La segunda parte es de lo peor que he visto en el cine. Planos y planos de la Vitti (su físico no coincide con mi gusto de mujer 10, y su interior es tan vacío de contenido, tan poco interesante, que no sé qué coño quiere mostrarnos el director), ahora seria, ahora sonriendo de forma estúpida sin motivos o tarareando puerilmente. Planos de habitantes machos de las islas, la clase baja, devoradores de cualquier mujer que se ponga a tiro (al menos devorándolas con los ojos). Planos de burgueses aburridos en fiestas insípidas sin que el director se atreva a diseccionarlos con vehemencia, ni siquiera con ironía. Planos y más planos de tiempos muertos y secuencias inútiles y monótonas hasta el infinito.

Los personajes son anodinos, pequeños burguesitos insustanciales como el Antonioni (nacido en una familia de clase media, él). Este marxistoide intelectual elevado a la cima por sus seguidores ha debido ejercer tal influencia hipnótica en ellos que les ha hecho enaltecer algo que sólo ellos ven, como ese supuesto cuidado por los diálogos. No hay ni un solo diálogo enriquecedor en toda la película, salvo para aquel que sea tan nimio, trivial, vulgar, insignificante, insulso, superficial, intrascendente, etc., tan soporífero como Antonioni. Y decir (como dijo el señor Lamet en el coloquio tras la emisión de la película en Telemadrid) que el final “es el más bello final en la historia del cine” me parece de una presunción absoluta. Ya chocheamos, querido Lamet.

Menos mal que luego vendrían, por poner dos ejemplos, Visconti o Bertolucci, un par de compatriotas suyos que tratarían (entre otros temas) la incomunicación, la soledad, el mundo burgués, con mayor eficiencia, más elegancia (cuando se requería), mejores personajes, acertadísimos guiones, adecuados y pulidos diálogos.

Señor Antonioni descanse en paz en el olvido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
BAKUNIN
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