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Voto de Reaccionario:
5
Comedia. Romance Octavio Saldaña, un hombre joven y soñador, está empleado en las oficinas de la empresa Manufacturas Sánchez-Rey. Como premio a su trabajo, el señor Rey le invita a pasar unos días en un balneario. Allí, conoce a Lelly, hija de un fabricante de paños, y decide hacerse pasar ante ella por un millonario. (FILMAFFINITY)
6 de octubre de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una adaptación más, y son más de 25 las que se han hecho, de una novela de Wenceslao Fernández Flórez, autor muy querido por el régimen en los años 40. El caso es que "Huella de luz" es como un cuento de hadas, disfrazada de comedia romántica sofisticada. En este sentido, la película tiene un aroma hollywoodiense, sin perder el casticismo, por ejemplo, la simpática madre del protagonista, en la que el motor de la trama es un amor ¿condenado? por las enormes diferencias sociales entre él y ella. De ahí viene parte del equívoco: que Octavio (Antonio Casal) se hará pasar por un millonario para conquistar a Lelly (Isabel Pomés), pero con las mejores intenciones.

Por este camino el largometraje es correcto pero sin grandes sobresaltos. Lo que gana por la simpatía de sus personajes lo pierde por lo lineal del relato. Sin embargo, hay una subtrama en "Huellas de Luz" que le da un plus: la comercial-empresarial, que es lo que más me ha gustado. Entre risas y delegados estrafalarios, hay mucho dardo envenenado, por supuesto, contra las democracias, lo cual no es muy habitual en el cine franquista, pero también sobre la política en general, la corrupción, que los "malos" llegan a defender como un acto de progreso, los negocios o simplemente el recurso del patriotismo como excusa para la avaricia y el interés propio e individual.
Reaccionario
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