Lo decía en broma pero resulta que así es. La directora Kathryn Bigelow vio a Ralph Fiennes en "La lista de Schindler" (1993) y se entusiasmó con él. Así que para su última película, ésta, tenía que ficharlo sí o sí. Por eso lo tenemos en "Días extraños" junto a Juliette Lewis, Angela Bassett y Tom Sizemore, entre otros. Vaya por delante de que a simple vista podría ser un largometraje estimulante, una mezcla de distopía entre la ciencia ficción y el cine negro, ambientada en las últimas horas del 1999, justo con el cambio de milenio. Teniendo en cuanto que todas las obras de este subgénero futurista se parecen a "Blade Runner" (1982), la presente es que se asemeja muchísimo, empezando por Lenny Nero (Ralph Fiennes) como el alter ego de Rick Deckard (Harrison Ford), cosa que la propia Bigelow ha reconocido. Aunque luego después adquiere un aire como a la de "Dark Angel" (2000-2002).

Todo esto está muy bien pero vamos a lo importante, ¿es buena o al menos gusta esta "Días extraños"? Pues francamente no. De hecho, en su momento fue mal recibida por la crítica y vapuleada en la taquilla con menos de ocho millones de dólares recaudados tras 42 invertidos, lo que la situó en el puesto 126 en los Estados Unidos respecto a la recaudación. En cualquier caso, la película es floja pese a su apariencia entre lo sofisticada y rompedora. Para empezar tarda mucho en entrar en faena, la narración es más bien espesa, los personajes actúan movidos por unas extrañas corazonadas, se lía sola y al final cuando se desvela el pastel resulta que la trama es lo de más normalita, por no decir que es una estupidez. El remate llega con Mace (Angela Bassett) en plan machote pegándole a los hombres, con una trama "romántica" horrible. Pues sí, además de floja, es que es fea.