Y cuando llegan al portal los niños han desaparecido. Potente arranque para un thriller entre argentino y español, que a medida que pasan los minutos se va desinflando hasta llegar a un desenlace que se acerca al ridículo. Si nos fijamos bien, ha sido patrocinado por INTERECONOMÍA, lo cual explica el giro "maestro", siendo un poco rebuscados. De hecho estas ideas que indirectamente se apoyan (consultad el SPOILER 1) circulan mayormente en estos círculos pseudoderechistas, es decir, más liberales que Prim. Esto le da un ligero aire... es que no lo puedo decir (SPOILER 2) o a lo mejor es que soy muy mal pensado y es una simple casualidad.

Sea como fuere, el angustioso comienzo se mantiene unos quince minutos para dar lugar a una serie de movimientos en falso bastante dudosos. Aquí la mayor parte de los implicados son demasiado tontos, tanto que uno duda de si en realidad son cómplices (SPOILER 3). Dicho claro, toda la trama es una chapuza. Es cierto que desde el principio uno se huele el pescado pero no es hasta la recta final cuando hay que enseñar las cartas para descubrir que Amezcua lleva un farol como un castillo: poco lógico, rebuscado y dependiente de la inutilidad de la gente. Encima, a los primeros minutos sospeché gravemente de quién era la persona culpable.