Continuación de "Kick-Ass" (2010), ahora convertida en "Kick-Ass 2" (2013), tres años más tarde. En general percibo cierta mejoría respecto a la original precisamente porque se han cortado en esa ultra violencia, mala leche y cinismo de la que tanto gustó en la primera pero que a mí me hizo vomitar de asco más que a las tres pedorras pijas del instituto con las que tiene que lidiar Mindy o Hit-Girl (Chloë Grace Moretz). A propósito sobre este tipo de personajes, siempre he indicado que estas jóvenes no representan un tipo femenino tradicional, por su frivolidad, materialismo y promiscuidad, y aquí nos confirman por su propia boca que son "mujeres fuertes e independientes", es decir, chicas emancipadas, activas e igualitarias. Aunque acaben siendo unas víboras, unas guarras y unas arrastradas, pero bueno supongo que esto viene de serie en las propuestas feministas modernas.

Pero volviendo a "Kick-Ass 2", la película tiene un problema: que trata de tomarse en serio a sí misma. O dicho de otra forma, hay aquí una idea buena y otra lamentable. La primera, es el drama de Mindy, cuya vida ha sido tristemente destrozada para siempre por un padre criminal, "alguien que te arrebató tu infancia", pero la segunda es una historieta ridícula de un grupo de pardillos que juegan a ser superhéroes. Es más, incluso esto último tendría sentido si se tratara no con la ligereza con la que lo hace Jeff Wadlow, con malos de verdad y con la gente que hace el idiota pagando de verdad su delirio. Pero al final la parte frívola se impone a todo lo demás, entrando en un carrusel adolescente de combates y batallas como en cualquier otra historia de justicieros enmascarados, pero con chicas superpoderosas para complacer otra vez a las feministas. Que no haya una tercera parte.