Cuatro personajes y sus encuentros y desencuentros amorosos/sexuales, así podría definirse esta película de Mike Nichols en la que se habla mucho y, al parecer, también se folla mucho aunque de eso ná de ná vamos a ver. Lo cierto es que se ve a tres leguas que se trata de la adaptación de una obra teatral: espacios cerrados, escenas en las que dos personajes se dan la réplica, diálogos ingeniosos con muchas frases contundentes, etcétera etcétera.

Los actores bien. A pesar de que aquí sí, los actores menos famosos, por decirlo de algún modo, acaban resultando mejores que las dos estrellas de la película, léase Julia Roberts y Jude Law. Una Natalie Portman sexy y juguetona y un Clive Owen rudo y contundente logran dotar al producto de cierto empaque, mientras que Jude Law acaba resultando algo desenfocado y Julia Roberts, algo desfallecida... lo que provoca que sus personajes no acaben de despegar como los otros dos, mucho más interesantes y redondos.

La película está bien, se deja ver. Por momentos, la estructura demasiado teatral puede cansar, sobre todo, si no se entra en la historia, pero si se entra, interesa minímamente.

Entre los aciertos está que todos son infieles con todos. Me reí con la irrisoria escena en que los dos chicos se encuentran por internet y el personaje de Law hace creer al de Owen que es una mujer a la que le va hacer realidad las fantasías sexuales de otros.

También es acertado que exija al espectador un cierto esfuerzo al tratar de deducir que ha pasando entre los personajes cada vez que entra una escena nueva, puesto que el tiempo ha pasado de una a otra.

En definitiva, una película dramática en la que los personajes se debaten entre las relaciones que van estableciendo a lo largo de cuatro años. El miedo al compromiso, la búsqueda de la felicidad con los ojos puestos en la otra persona, la inestabilidad emocional... Todo sazonado con diálogos currados y cierto aire intelectual.