No me gustan mucho los musicales. Así que no me hacía mucha ilusión ver esta película y menos viendo como nos la vendieron: la peli de Beyoncé, Beyoncé protagonista total y todo eso. Además no había pasado mucho tiempo de Dreamgirls. Yo soy el fan número uno de Beyoncé, me encanta, es mi diva! Pero eso de que cantantes o famosos se metan en el mundo del cine no me hace mucha gracia, aunque su sola presencia te lleva a interesarte por estas películas. Dicho todo esto me dispuse a verla y me llevé una muy grata sorpresa, os cuento:

No es una peli en la que estén todo el rato cantando, hay una historia de por medio. Ésta cuenta los hechos que ocurrieron en Chicago en la década de los 50, en el aspecto musical y social, la creación del sello discográfico Chess Record. De este sello salieron artistas muy importantes para la música negra como Chuck Berry, Etta James o Muddy Waters. Y digo social porque la peli nos muestra cómo vivían los negros en aquella época, marginados por los blancos. Había dos mundos: el de los blancos y el de los negros. Una historia de racismo y segregacionismo.

La interpretación de los actores es buenísima destacando Adrien Brody y Jeffrey Wright. Pero más sorprendente es aún la interpretación de dos cantantes: Mos Def, que se come el papel del mítico Chuck Berry y como no Beyoncé que se mete dentro de Etta James y lo borda. Logra transmitir muchas sensaciones con su actuación y eso que sale poco después de la mitad de la cinta.

En definitiva; el film me gustó bastante, me sorprendió y aprendí la historia de estos músicos que para mí era desconocida. Excepcionales actuaciones, música genial, una buena peli recomendada para todo el mundo, amante o no del blues.