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España España · Barcelona
Voto de David MS:
6
Fantástico. Aventuras. Acción "El Hobbit: La Desolación de Smaug" continua la aventura de Bilbo Bolsón en su viaje con el mago Gandalf y trece enanos liderados por Thorin Escudo de Roble en una búsqueda épica para reclamar el reino enano de Erebor. En su camino toparán con multitud de peligros y harán frente al temible dragón Smaug. (FILMAFFINITY)
15 de diciembre de 2013
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fui el primer sorprendido de que El Hobbit: Un Viaje Inesperado (2012) me gustase tanto, no esperaba mucho después de que tanto Las Dos Torres (2002) como El Retorno del Rey (2003) me dejaran algo indiferente por mucha épica y grandilocuencia que vendieran. Me recordó el primer Hobbit a La Comunidad del Anillo (2001), más aventura y fantasía y menos charlas sobre el honor y conversaciones que parecen sacadas de Shakespeare. La Desolación de Smaug es el segundo capítulo de esta nueva trilogía, planteada como dos partes que al final se han estirado para conseguir hacer una película más.

Repiten casi la totalidad de actores del film precedente: Ian McKellen, Martin Freeman, Richard Armitage y resto de enanos. Cobran más protagonismo Lee Pace, Benedict Cumberbacht, y las novedades que son la reaparición de Orlando Bloom como Légolas, Evangeline Lilly, Luke Evans y Stephen Fry.

Sigue la odisea del hobbit Bilbo (Freeman), Thorin (Armitage) y los doce enanos que los acompañan camino de su antiguo reino, ahora dominado por un dragón que habita en su interior, Smaug (Cumberbacht). Al mismo tiempo Gandalf (McKellen) sigue un sendero distinto que le lleva a encontrarse con el Nigromante (Cumberbacht también), una trama que une esta trilogía El Hobbit con la posterior de El Señor de los Anillos.

Como he dicho, no esperaba nada del primer Hobbit y me encantó. Sin embargo esperaba algo más de La Desolación de Smaug y me he dado con un canto en los dientes. Tampoco quiero engañar, lo nuevo de Peter Jackson está bien, contiene no pocos ingredientes para agradar a los que disfrutaran de los capítulos precedentes y en gran cantidad de apartados artísticos y técnicos roza la perfección -dirección artística, todo el diseño de la Tierra Media y sus castillos, la música de Howard Shore, los efectos especiales-.

Peter Jackson además sabe presentar como nadie este mundo creado por Tolkien, y hace lucir cada nuevo detalle, sea un escenario, un personaje, o los incansables paseos -en plano general- camino de algún sitio al que ir a realizar una misión. Las escenas de batalla están muy cuidadas, destacando una lucha contra unas arañas -la escena más oscura-, otra contra unos orcos en una cascada -con los hobbits en unos barriles y los elfos Légolas y Tauriel (Lilly) haciendo cabriolas imposibles-, y un acto final que es el ansiado encuentro entre los protagonistas y el dragón Smaug, espectacular.

Buen logro los nuevos personajes -Lilly y Evans-, la recuperación de Bloom y los conocidos del anterior capítulo, que mantienen el nivel alto. Los únicos perjudicados en este campo son los personajes de Stephen Fry y Ryan Gage.

Con todo lo que acabo de decir parece que La Desolación de Smaug es un peliculón, pero no, falla en lo principal. La película tiene una carencia de ritmo que hace que en más de un momento -y de dos- la película sea aburrida, un coñazo. Escenas alargadas, subtramas recortables, y la fácil predisposición de cualquier personaje a contar alguna historia pasada suya, de algún familiar/conocido, o de un amuleto.

En realidad todo es muy fácil, hay que meter mucha paja y relleno para convertir un libro de apenas trescientas páginas en otra nueva trilogía para que el señor director/productor tenga más ganancias. Después del final de La Desolación de Smaug no me cabe duda, El Hobbit debería haber llegado partida en dos, y el resto de cosas que cuenta -el enamoramiento de la elfo con el enano, por decir una- se las podría haber guardado para esas ediciones especiales que saca después en Blu Ray/DVD, y que la verdad, paso de ver.

Una pregunta que se me pasa por la cabeza, después de las últimas cuatro películas sobre este universo. Con todo lo poderosas y todo el miedo que provocan las amenazas a las que se enfrentan los protagonistas ¿Alguna vez va a morir alguien, aunque sea un puto enano? Desde Boromir en La Comunidad del Anillo no muere uno de los protas -y no vale decir un Gollum sin posibilidad alguna de redención-.
David MS
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