Impresionante trabajo que dejará boquiabierto, pasmado e indignado a toda persona de bien. El primer capítulo es ya una patada muy bien dada y a partir del segundo la historia se torna surrealista, llegando al límite de la indignación que un ser humano puede aguantar; de hecho, he de decir que estuve a punto de dejar de verlo varias veces de lo insoportable que era (mis neuronas espejo estaban a punto de declarar una huelga); la podredumbre moral de algunos individuos con cierto poder de los EEUU profundo (en este caso, Winconsin) campa a sus anchas en este documental de 10 horas que es ya sin duda uno de los mejores de los últimos 30 años (y seguramente el más indignante a nivel ético -siempre y cuando no seas de su calaña-).