Para los años 30 ya se había ya incursionado en el universo del vampirismo de la mano de F.W. Murnau o Bela Lugosi, pero no puede caer en el olvido esta versión de Carl Theodor Dreyer donde prima más el arte que el querer dar miedo (seguramente lo diese en su época, pero el paso del tiempo ha caído sin piedad sobre ella).

Dreyer mezcla en su película la estructura de una película de vampirismo de la época con estacas y maldiciones y un buen gusto técnico y visual. Lo que en teoría debería haber sido un triunfo, hoy en día gusta mucho, fue tal fracaso que Dreyer tardó 10 años en volver a dirigir.

Visto ahora, suena raro que 'Vampyr', la bruja vampiro' fuera un tropiezo visto las varias virtudes que contiene la cinta, sobre todo desde la segunda mitad, ya que la primera se puede hacer un poco tedioso. A los fans del cine de vampiros y/o del cine clásico esta debería ser una opción obligada. Raro fuese que fuesen igual que el público de la década de los 30 y no viesen lo realmente buena que es.